Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Sexo | Ciberseguridad | Colegios | Lectura

​“En las redes de Narciso”: cuento inspirado en los amores cibernéticos

Carlos Javier Jarquín
miércoles, 2 de septiembre de 2020, 09:29 h (CET)

En este nuevo milenio, el amor de pareja se manifiesta y se vive de otra manera; es inestable. Hablo de los amores cibernéticos. Son muchos los que se han enamorado a través de Internet, pero pocos han tenido éxito. He conocido numerosas historias de mujeres y hombres que han vivido desencantos de infarto. Si en la vida real hay matrimonios o uniones libres que viven de apariencias, en el ciberespacio esto se multiplica. Si te vas a enamorar de alguien que conociste en la red, puede ser peligroso.

Para finales de mayo del presente año, recibí vía e-mail un hermoso cuento titulado “En las redes de Narciso” de la escritora, profesora y poeta puertorriqueña Tania Anaid Ramos González, Azula. Me sorprendió tanto el título, que lo leí inmediatamente. El cuento plantea una gran realidad vivida por millones de personas en el mundo, en especial, quienes dicen ser novio o pareja de un desconocido.

Los protagonistas de este relato son Narciso y Rocío. Él es un intelectual jubilado que vive enamorando mujeres por las distintas redes sociales; ella, una mujer bellísima e intelectual.

Constantemente, mantenían charlas amenas a través de llamadas. El cuento inicia describiéndolo y cito: “Era filósofo, psicólogo, activista, militante político, poeta, pintor, músico, profesor jubilado y mujeriego...”. Él era un magíster de la seducción y aplicaba su conocimiento para conquistar virtualmente a mujeres de distintos países, por ejemplo: “su voz, llena de matices angelicales, portaba una dulzura sospechosa. A muchas se les hacía difícil no ser imantadas por él. Rocío, en principio, no fue la excepción, pues quedó cegada y lo eligió entre muchos, abocada a un vacío que él reconocía a leguas y aprovechó para colmar”.

En las redes sociales, existen hombres y mujeres que utilizan el arte y la religión para hacer sus fechorías. Hay quienes son crédulos, incautos, sensibles y están solos; son presas fáciles del cariño y amor de cualquier hombre o mujer que se los ofrezca. En el cuento, ella se ilusiona con lo que le dice Narciso y se entrega con honestidad, sin saber que el que está al otro lado de la pantalla tiene intenciones perversas. Narciso es un psicópata e hipócrita porque por un lado, se mostraba dulce, comprensivo y amoroso con las mujeres que cortejaba en sus llamadas, audios o textos, y por otro, con sus amigos y familiares se burlaba de ellas, cito: “‘Mira lo que me escribió la colombiana, la venezolana, la caribeña, la francesa, la holandesa, la mexicana, la ecuatoriana...’, ‘Mira cómo se masturba esta que me ha enviado un video’, ‘Mira esta otra, me importa un carajo lo que me escribe’,

‘Mira, que tonta, cree que voy a visitarla a su país de mierda’, ‘Pobrecita, no sabe, no tiene idea’”…

Quienes se enamoran por Internet, posiblemente, no se enamoran de la persona, sino de la voz y de la forma ingeniosa en la que el otro expresa sus sentimientos, tanto al hablar como al escribir. El narrador menciona que este depravado era incapaz de revelar su rostro: “Un dato curioso es que Narciso nunca mostró su rostro, no quiso, le parecía innecesario, pues cuando dos almas se encuentran, basta con cerrar los ojos y arrojarse mar adentro con todos los sentidos, excepto el de la vista. Ese discurso tan espiritual y muy refutable fue menguando ya al final de aquella extraña y porosa relación. Narciso no solo escondió su alma, sino que también escondía su físico, para generar expectativas de un encuentro imposible…”.

Por suerte, esta historia tiene un final feliz porque Rocío pudo escapar de este ruin hombre que deja mal parado a un grupo de intelectuales: “Me alegró saber que Rocío pudo alejarse a tiempo de esa falsa relación. A los seis meses la vi comenzando un proyecto innovador, afianzando su amor propio y de manos con su mejor amigo, dignificando la posibilidad de un amor verdadero”.

Sería fantástico que este cuento se leyera en las escuelas y colegios para evitar posibles desgracias y lamentaciones de familiares y amistades que sufren por las víctimas de estos “amores” cibernéticos. Rocío se salvó porque estuvo alerta y privilegió su amor propio, así evitó ser una víctima más; pero Rocío puede ser una hermana, sobrina, tía, prima, amiga y hasta nuestra madre. Si podemos evitar una tragedia, porque esto ya es problema global, hagámoslo. Mi solidaridad para quienes están viviendo un infierno en cualquier rincón del planeta a causa de un “amor virtual”. 

Noticias relacionadas

Hoy vamos a reflexionar sobre un problema político clásico, que ha demostrado no solo estar más vigente que nunca, sino también haberse radicalizado en el caldo decadente de nuestras democracias occidentales. En la historia de nuestras democracias, se ha observado un patrón recurrente: una retórica puritana que clama por la moralidad y la probidad de sus gobernantes, acompañada de una realidad política marcada por el cinismo, la hipocresía y la corrupción.

En estos días que se buscan culpables sobre la Dana de Valencia, en lugar de arrimar el hombro en la reconstrucción y sobre todo la reparación de las pérdidas humanas en la medida que sea posible, vemos que el relato sustituye la verdad, pues se busca la buena imagen.

Partimos de la idea, junto a muchos otros, de que la UE no va bien ni en lo político ni en lo económico ni en lo social; ni siquiera en lo cultural. No digamos en lo bélico. Seguramente la Comisión Europea —especialmente la Sra. Von der Layen y el Sr. Borrell, ambos elementos incomprensiblemente pugnaces-- está encantada de su labor, lo cual es más preocupante.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto