Estados Unidos registró 43.000 nuevos casos de COVID-19 y más de 900 muertes el martes, mientras que expertos en salud pública advirtieron sobre una nueva ola de contagios. En el estado de Florida, autoridades del condado de Miami-Dade afirman que no cumplirán completamente con la orden del gobernador republicano Ron DeSantis que permite que los bares, restaurantes y otros negocios reabran con capacidad ilimitada.
La Liga Nacional de Fútbol Americano manifestó el martes que suspenderá los entrenamientos presenciales de los equipos Tennessee Titans y Minnesota Vikings, luego de que tres jugadores de los Titans y cinco miembros del personal dieran positivo por coronavirus.
En Nueva York, autoridades municipales sostuvieron el martes que comenzarán a multar a quienes se nieguen a usar tapabocas en público, luego de que la tasa de positividad de la prueba de diagnóstico de coronavirus de Nueva York subiera por encima del 3% por primera vez en meses. El repunte se produjo al mismo tiempo que parte de los escolares de la ciudad regresaban a las aulas por primera vez desde marzo. Un nuevo estudio realizado por la organización United Hospital Fund halló que alrededor de 4.200 niños de Nueva York perdieron al menos a uno de sus padres a causa de la COVID-19 este año, una cifra que sobrepasa a la de neoyorquinos que fallecieron en los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Por su parte, la Academia Estadounidense de Pediatría advirtió el martes que los casos pediátricos de COVID-19 se han disparado desde que los centros educativos de todo el país volvieron a impartir clases presenciales este semestre. Niños de todas las edades representan ahora el 10% de todos los casos de coronavirus en Estados Unidos, en comparación con solo el 2% registrado en el mes de abril.
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