A ver quién se atreve a decir que el Ministerio de Igual-Da sirve para algo que no sea para entorpecer la igualdad de oportunidad, aventar sandeces, proponer cuestiones innecesarias, difundir horteradas y “pancartear heteropatriarcalidades”. ¡Santo cielo, qué palabro!
Si en pleno siglo XXI seguimos soportando necedades como las que ya son propias de la “marquesa”, entonces es que tenemos lo que nos merecemos y habrá que apechar con lo votado. Esta jovencita caprichosa --cegada por la publicación mensual de “Condé Publications” (Vanity Fair) y Zara-- no ve más allá de sus desvaríos de “casta” advenediza. Ya no es una pipiola aunque siga teniendo mucho de mojigata de izquierdas. Ya se sabe que la infancia es la única época de la vida en la que los mitos y los caprichos duran una eternidad, pero nada más.
Y ya que vamos de mojigatos, es insultante que la “menestra” de Igual-Da recurra a Zara para vestirse de nazarena en la fiesta de las Fuerzas Armadas e imite a doña Letizia. Siguen diciendo en mi tierra eso de la mona y la seda porque no ha perdido actualidad. Supongo que ese hábito de cofrade --con color de difuntos en las casullas sacerdotales-- sería por lo de la “republiqueta” porque con otro sentido no lo entiendo, de la misma forma que no comprendo el lucimiento del cavernario traje de su barragán: sobrante por todos lados como muestra de que “el muerto era más grande y corpulento”, como dicen en mi terruño ante casos así. ¡Madre mía, cuánto esperpento en la “casta” bolivariana!
Alguien debe decir a esta pareja de “marqueses” que, en los peores tiempos de la España necesitada, los pobres siempre fueron limpios, muy limpios, aunque no vistieran en lujosas marcas; eso sí, los zapatos brillantes, incluso para ir al colegio a diario, más aún si es para honrar al rey.
Discúlpenme por extenderme en trapos, perchas y ridículos de quienes “apedrearon” a Amancio Ortega por hacer una sociedad mejor y luego pierden las posaderas por vestirse en su casa o en la presuntuosa casa del vecino. Nada se puede esperar de quien pone el grito en el cielo por las fusiones imprescindibles en el sector bancario. Para esta “menestra”, vocera y arreadora, la fusión entre CaixaBank y Bankia no es más que una “concentración preocupante”. ¿Se puede ser más ignorante y atolondrada?
Lo que nos faltaba en España es dejar a Irene Montero planificar el sector financiero como si fuera experta y conocedora del mismo. Su desconocimiento es brutal y su opinión va en sentido inverso al expuesto por el FMI de Christine Lagarde; no hay que ser muy listo para saber que no era operativo el sistema existente en España desde la crisis anterior. Hemos pasado de 62 entidades bancarias a una docena y hay que seguir reduciéndolas.
La señora ministra -- cada vez más estrafalaria e irrisoria en sus intervenciones parlamentarias, en comisiones y en opiniones personales en los medios— parece que ni lee ni estudia ni reflexiona; el Banco de España y el Banco Central Europeo no han hecho sus llamadas a las fusiones por casualidad. Hemos de llegar a media docena de entidades bancarias para que vuelva a haber rentabilidad bancaria puesto que este momento es muy baja y preocupante. Esto sí es preocupante, Irene, y no la línea de las concentraciones.
El problema te lo creas tú, por tu ignorancia y tu atrevimiento. ¿Has oído hablar del músculo financiero? ¿Y de la competitividad entre grupos? ¿Y de que la unión hace la fuerza? Yo te haría una propuesta honesta: céntrate en tus “manifas” de feministas o en tus memeces ‘heteropatriarcales’ y deja que los expertos se ocupen de lo importante. Ya tienes un ministerio para jugar, pues juega, pero no interfieras en cosas de personas mayores y maduras.
Señora “marquesa”: recuerde que bastante ridículo hizo su barragán echando en cara a Pedro ‘Plagio’ el ocultamiento de la fusión. Vaya acostumbrándose a eso porque, antes de las próximas elecciones, el PSOE se verá obligado a desprenderse de toda porquería política que le rodea y, entre otras cosas, te quitarán el juguete ministerial. Evita las injerencias políticas porque eso no es lo tuyo, como no lo es la política. Pregunta a alguien y que te explique lo que decía el Franco a sus allegados: “Si desea que las cosas le vayan bien, haga como yo y no se meta en política”; bien es verdad que no han faltado quienes han aplicado esa sentencia al presunto apoliticismo del Generalísimo.
No estaría de más, Irene, que llamaras a Jordi Sevilla a ver si es capaz de, en dos tardes, meterte en la mollera algún concepto económico aprovechable y aplicable. Él te convencería de que es justamente a la inversa la opinión que has dado de forma ignorante y gratuita. Pregunta qué es eso de la CNMV y comprenderás por qué también ha dado su visto bueno a la fusión en marcha; hasta la propia Lagarde incita a la necesidad de fusiones bancarias. Finalmente, “menestra”, alguien te explicará que el principal músculo financiero de España radicará en la entidad que surja de la fusión en desarrollo más el Banco de Santander y el BBVA. Copia de Nadia Calviño que se muestra expectante y vigilante. A ser posible, muérdete la lengua en cuestiones que desconoces, pero ten cuidado y no te envenenes.
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