El pasado veintidós de octubre, entrevisté al destacado académico y acucioso investigador Uziel Gutiérrez de la Isla, ambos estábamos totalmente ajenos de saber que esa sería su última entrevista.
Diecinueve días después, el diez de noviembre, me cimbró recibir la noticia de su muerte.
A Uziel lo conocí gracias al programa Jarabe de Pulpa, que conduce y produce mi estimado amigo Edmundo Traconis, el cual se transmite vía streaming a través de Sabersinfin.com. A su vez, Uziel entró en contacto con nosotros gracias a los buenos oficios de la incansable Olivia Marín.
Dos ocasiones visitó nuestro estudio, la primera el veintiséis de enero del año pasado; luego, ese mismo año, pero en agosto, volvió a participar en otra interesante charla también en el mismo programa.
Uziel era un tipo docto en la historia de las ciencias de la salud en nuestro país y un referente en Latinoamérica, sin embargo, tenía una sencillez en su trato que de no ser por la presentación que de él hacían sus amigos, lejos estaría su interlocutor de saber el prestigio de la persona que tenía enfrente.
Cuando me presentaron ante Uziel, me resumieron su currículum así: fundador y presidente honorífico de la Red Latinoamericana de Historiadores de la Odontología (RELAHO), así como cronista y académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
En muy pocos minutos nos conocimos, desde entonces, siempre intercambiamos nuestros artículos e investigaciones vía WhatsApp.
Se me hizo costumbre recibir semanalmente El Mirador de Heródoto, su interesante columna en La Jornada de Zacatecas, y creo que también él se habituó a tener en sus manos la mía.
Las pocas veces que platicamos me preguntaba todo lo que se le ocurría sobre mi labor, porque decía que quería fundar un “Sabersinfin” en Zacatecas. Más de una vez me invitó a presentar mis libros en su alma mater, pero no fue posible.
También quedó en el tintero su inclusión en Filigramma, la revista del Círculo de Escritores Sabersinfin. La última vez que conversamos por teléfono le entusiasmó saber que ya podíamos incluirlo como escritor invitado y publicar de forma diferida sus artículos en nuestro portal.
Fue en mi programa #Poesíaalasdiez que conversamos por última vez.
Entrevisté a Uziel en torno a la vida y obra de Ramón López Velarde, el escritor zacatecano, cuyo deceso cumplirá un siglo el próximo año.
El interés de Uziel se centró en el poema Suave Patria, composición que le valió ser nombrado como “Poeta de la Patria”.
Uziel decía que todo mexicano debería saber de memoria ese poema para tener una aproximación mayor con México.
Pese a las veces que dialogamos, sólo hasta después de su muerte me enteré del origen humilde de Uziel.
De que fue a la edad de trece años cuando empezó a trabajar como ayudante en la Farmacia Lux, la cual se encontraba en el Portal de Rosales, de la capital zacatecana.
Me enteré de cómo fue que ahí aprendió a elaborar medicamentos, de que gracias a sus ganas de superación él mismo se pagó sus estudios, y luego de su ascendente trayectoria que le abrió paso a nivel internacional en la historia de las ciencias de la salud.
Lamento no haber tenido mayor cercanía con Uziel, pero me felicito de al menos haber confluido, de haber aprendido de él, y seguramente, de haberle enseñado algo.
Vendrán batallas mejores… Quien ama, cuando muere, es solo para evolucionar. Sigue tu camino mi querido amigo. Ve en paz.
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