De acuerdo con las estimaciones de Crédito y Caución, Vietnam es una de las pocas economías del mundo que no se enfrentará a una contracción en 2020. No obstante, la pandemia pondrá fin a un ciclo de cinco años con tasas de alto crecimiento, en el entorno del 7%. A pesar del éxito en la contención del coronavirus gracias al rastreo exhaustivo de los contactos, el aislamiento y la cuarentena, Vietnam es una economía abierta muy sensible a las oscilaciones del comercio exterior. La aseguradora de crédito prevé que el PIB avance solo un 2,3% en este ejercicio, en un contexto de contracción por encima del 5% de las exportaciones y desaceleración de las inversiones y el consumo privado.
Con el fin de estimular la economía, la Administración ha incrementado un 7% el gasto público y ha puesto en marca exenciones fiscales para las empresas y transferencias de renta para los hogares. Como resultado, el déficit fiscal superará el 5% en 2020 y la deuda pública crecerá hasta el 49,5% del PIB. Se prevé que la economía de Vietnam repunte un 7% en 2021 y que tanto las exportaciones como las inversiones aumenten a tasas de dos dígitos. Sin embargo, otra oleada prolongada de pandemia que ahonde en la actual recesión económica mundial o un incremento del proteccionismo suponen importantes riesgos a la baja para este escenario.
Vietnam es la principal alternativa regional de bajo costo orientada a la exportación. El traslado de la fabricación china ya se inició antes de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Esta tendencia se aceleró en 2019, ya que el país se benefició de la diversificación comercial provocada por el conflicto. Además de la producción textil, la fabricación de bienes de consumo y productos de TIC se está desplazando cada vez más a Vietnam. La tendencia a diversificar la producción china podría verse acelerada por las interrupciones de la cadena de suministro por el coronavirus en el primer semestre de 2020, que afectaron a empresas de todo el mundo. Además de los menores costos de producción, Vietnam tiene una sólida infraestructura de carreteras, ferrocarriles y puertos y participa en varios acuerdos de libre comercio. La fuerte promoción de las inversiones y la existencia de zonas económicas especiales hacen que Vietnam sea atractivo para empresas que desean crear nuevos centros de producción o ampliar los ya existentes.
El potencial de crecimiento a largo plazo del país debería beneficiarse de un proceso lento pero progresivo de privatización.
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