El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se ha referido este jueves al terrorismo con motivo de la presentación ante los medios de la obra Los cuentos de la peste, en la que por primera vez se sube a las tablas. "El terrorismo es una peste de nuestra época", ha subrayado.
El escritor se estrenará como actor con esta obra, de la que él es autor y
que este jueves publica Alfaguara. La pieza podrá verse en el Teatro
Español de Madrid entre el 28 de febrero y el 1 de marzo y en el reparto
destacan también la actriz Aitana Sánchez Gijón y el intérprete Pedro
Casablanc.
Los cuentos de la peste, que precisamente publica este jueves la editorial Alfaguara, es
una obra basada en 'Decamerón', del italiano Giovanni Boccaccio, que deja abierta la
posibilidad de interpretar esa enfermedad que asoló Europa durante el siglo XIV como el
"temor colectivo a la catástrofe" y que en la actualidad, según el escritor, toma el
terrorismo como foco en el presente.
"Es el gran protagonista del siglo XXI por el temor que despierta, por la atención que
suscita, por la preocupación que hay en torno a él. Al mismo tiempo, vivimos en una
época en la que hay armas de destrucción masiva que están cada vez más al alcance de
quien pueda pagarlas. Ya no es imposible que uno de esos grupúsculos terroristas estén
muy bien financiados y se mate a cien mil personas con estas armas", ha indicado.
La obra que se estrenará en el Teatro Español narra la reunión de unos jóvenes en una
villa a las afueras de Florencia durante la que se cuentan de viva voz historias para
entretenerse mientras la peste asola la ciudad y poder así fugar hacia lo imaginario, algo
que le sirve al Nobel para construir una obra dramática en torno al deseo, basada en ocho
de los relatos de Boccaccio.
Precisamente, el escritor cree que "contar historias" ha servido a lo largo de toda la
humanidad, y especialmente en las épocas más remotas, para "defenderse contra la
precariedad de la vida". "El mundo de ficción enriquece nuestro mundo. "Todos
quisiéramos tener más vidas de las que tenemos", ha dicho.
"Un pueblo culto e impregnado de ficciones es más difícil de manipular que otros. El
espíritu crítico nace de vivir en la fantasía, no seríamos tan críticos si no fuéramos capaces
de inventar mundos mejores que este", ha recalcado.
Vargas Llosa no es el primer Nobel en subir a las tablas. Antes lo hicieron Harold Pinter,
quien actuó durante los últimos años de su vida, o Darío Fo, quien comenzó casi al unísono
su carrera como intérprete y como escritor, por lo que hay precedentes, a pesar de que el
autor de 'La fiesta del chivo' reconoce que hay grandes diferencias entre ambas artes.
Una de ellas es la soledad que conlleva la tarea del escritor, que crea "rodeado de
fantasmas". "Es tomar retiro para poder inventar su propia idiosincrasia y tiempo", ha
señalado. Además, "la libertad del autor es infinitamente mayor", a diferencia de la del actor
que, aunque no desaparece, sí está "más confinada" en "cierta maquinaria a la que ha de
someterse".
TEMOR A LA "DESMEMORIA"
El escritor no tiene presentes en este momento las opiniones de la crítica, aunque sí le
importan los comentarios, que espera con "curiosidad" y que leerá atento cuando se
publiquen en la prensa. Ahora está "concentrado" en su papel, algo que conlleva "mucha
inseguridad" debido, entre otras cosas, al temor a la "desmemoria". "Puede ser catastrófico,
ahora mi preocupación es recordar, no desentonar con los compañeros y la enorme
inquietud que sería defraudar a los espectadores", ha dicho.
En este sentido, el director de esta obra, Joan Ollé, ha bromeado respecto al desafío de
Vargas Llosa de retener los diálogos en su cabeza, a lo que se ha referido como "virtud",
puesto que "se subvierte y no siempre dice las palabras que escribió". "Asistimos a un
ejercicio insólito: la redacción en directo de un texto", ha dicho el director, quien al mismo
tiempo ha destacado el "aguante" del escritor peruano para soportar los "30 ensayos de
un solo movimiento".
Se trata de la cuarta producción del Teatro Español de una obra del Premio Nobel
peruano, después de haber hecho realidad 'El loco de los balcones', protagonizada por José
Sacristán; 'Kathie y el hipopótamo', con Ana Belén; y 'La Chunga', con Aitana Sánchez
Gijón.
Precisamente, Sánchez Gijón fue la actriz que escogió para el montaje 'La verdad de las
mentiras', que dirigió en 2006 Joan Ollé, cuando aún no la conocía. Según recuerda, pensó
inmediatamente era ella a quien quería ver en el escenario, después de haberla escuchado
hablar sobre literatura en una entrevista. "Es buena compañera y generosa con mis
deficiencias", ha dicho.
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