El futuro del mercado de la hipoteca inversa para personas mayores parece cada vez más prometedor y con ello viene más innovación, más opciones para los consumidores y más oportunidades para que los profesionales especializados ayuden a esas personas a desbloquear la riqueza atada a sus viviendas. Desde el Observatorio Óptima Mayores de la Hipoteca Inversa queremos compartir el informe titulado “EL TRINOMIO DE LA HIPOTECA INVERSA”, que recoge la visión de expertos de la industria como son María Emilia Adán, Decana de los registradores de España; Celso Méndez Nuñez, Notario experto en hipotecas inversas y Ángel Cominges, CEO de Óptima Mayores.
“Como cuestiones concretas para 2021, y si bien ya contamos en España con un adecuada y suficiente legislación, incluso a la vanguardia europea, se consideraría muy positivo contar con una mayor claridad legislativa respecto de algunos aspectos concretos para que entidades de crédito y aseguradoras se animaran a comercializar hipotecas inversas con más intensidad y haciendo este producto financiero y social accesible a más población mayor y dependiente”, explica Cominges.
La vivienda, tradicionalmente, no se ha considerado como un activo dentro de la planificación financiera para la jubilación, seguramente por la falta de soluciones que permitieran disfrutar de ese ahorro con las suficientes garantías. No obstante, ya hoy en España es posible contratar tanto la hipoteca inversa como otras figuras similares a través de un proceso seguro, transparente y responsable (STR). Además, la vivienda cuenta con una ventaja enorme en este sentido y es que en torno al 90% de los mayores de 65 años en España poseen una vivienda, de manera que podrían beneficiarse de la obtención de la liquidez que proveen estas soluciones de manera inmediata, manteniendo la propiedad y por supuesto su uso y disfrute de por vida.
En este contexto, España tiene la oportunidad de liderar el mercado de hipotecas inversas en Europa, pero no desde un punto de vista solamente mercantil, sino que apela a la función social que entidades bancarias y aseguradoras pueden y deben desempeñar en esta materia, sobre todo teniendo en cuenta que los mayores y dependientes españoles no tienen hoy en día otra vía posible de obtener financiación bancaria distinta a la hipoteca inversa en nuestro país.
María Emilia Adán considera que “la pandemia ocasionada por la COVID-19, está obligando a todos a plantearnos el futuro desde una perspectiva diferente. En estos últimos meses hemos tomado conciencia tanto de nuestra debilidad física ante las enfermedades, como de nuestra fragilidad económica, ante los vaivenes de una imprevisible crisis que se espera de una dureza inusitada”.
Desde el punto de vista socio-económico, España ofrece una característica que la hace singular, y es que, tomando en consideración los datos del INE en el año 2017, el 89,2 % de los mayores de 65 años son propietarios de su vivienda habitual. En esta situación, la vivienda en propiedad vuelve a convertirse en un instrumento para mejorar la de vida, tras muchos años en los que se ha invertido en ella.
Sin embargo, su utilización actual por los propietarios, es muy escasa. Aunque la tendencia es creciente, sigue siendo marginal comparada con la cifra total de préstamos con garantía hipotecaria que se contratan anualmente. Madrid y Andalucía, concentran la mayoría de las contrataciones, destaca el estudio.
Por su parte, Celso Méndez destaca que “el préstamo garantizado con hipoteca inversa es, por así decirlo, un mecanismo moderno de financiación, en defensa de lo que ahora se conoce como clases más vulnerables (no los pobres, los ancianos) y, precisamente por ese motivo, aderezado con exenciones fiscales de diversos tipos, en AJD y en IRPF, y con la posibilidad de optar entre cobrar el importe del préstamo de una sola vez o en cómodas cuotas mensuales, trimestrales o semestrales”.
Entre los aspectos que más preocupan a la tercera edad se encuentran las pensiones, la pobreza o dependencia económica, pagar por la medicación y posibles necesidades asistenciales en el hogar, el 82% quieren seguir viviendo en su casa de siempre. Si a ello añadimos que más de cuatro de cada diez personas mayores ayudan o han ayudado económicamente a algún hijo/a, familiar o amigo en los últimos dos años, el resultado es un elevado porcentaje de mayores de 65 años cuya situación económica es no es la deseada.
Desde Optima Mayores se considera que el aumento de la esperanza de vida es una muy buena noticia, pero también es el cambio más importante que ha experimentado la humanidad en los últimos años y por lo tanto representa una gran oportunidad, pero también un reto que necesita una respuesta de las administraciones públicas y también privadas.
La percepción de que el activo inmobiliario se revaloriza en el tiempo, la facilidad de acceso al crédito hipotecario, un precio de los alquileres alto y el deseo arraigado culturalmente de poseer una propiedad ha convertido a España en uno de los países con más porcentaje de propietarios de los países desarrollados, por delante de todos los países de su entorno, destaca el informe.
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