A mí que no me cuenten que sean meras casualidades porque no me lo creo. Tampoco acabo
de verle el sentido, pero sin duda lo tiene. En Grecia gana las elecciones por casi mayoría
absoluta SYRIZA, con acento en la Y griega como no podría ser menos, y va, y casi a la par, se
muere el cantante griego por excelencia Demis Roussos. Inmediatamente se enciende una
señal en la reflexiva cabeza del líder de Syriza, Alexis Tsipras, y piensa: “si para Europa somos
malos y ya no nos quieren financiar más… nos vamos con los “Roussos” que para algo somos
ateos ortodoxos. Y allá que se van, a dejarse caer en manos del pálido Putin que piensa aquello
de “¡ZAS, en toda la boca!”
Aquí, en España, que estamos a verlas caer, el líder de PODEMOS, Pablo Iglesias 2.0, piensa:
“Eso es una señal del cielo que ya se está acojonando ante el inminente asalto por nuestras
fuerzas de élite de la Complutense”. Y , como todos sabemos, “Triqui, triqui, triqui, mamabu..”
quiere decir en español: “tic, tac, tic, tac, tic, tac, os vais a enterar de lo que vale un peine”,
Iglesias ha puesto la cuenta atrás en marcha.
Pero las casualidades (que no lo son) no acaban aquí, ni muchísimo menos. Ha fallecido el
presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara, propietario, entre otras empresas, del diario
La Razón y presidente de Atresmedia, que engloba las cadenas Antena 3 y la Sexta.
En cuanto, Pablo Iglesias llegue a tener ese poder que tanto ansía, y después de denunciar los
Acuerdos con la Santa Sede (el Concordato hace décadas que ya no existe), instará la pronta
canonización del futuro San José Manuel de Lara. Ese hombre que hizo posible el milagro de
que, desde la nada, surgiera un movimiento revolucionario que barriera del panorama político
a Izquierda Unida, al PSOE, a los pocos “centroizquierdosos” que pudieran haber el UPyD y en
el PP y unos cuantos de extrema derecha, nostálgicos de la Falange Española y de las JONS,
porque ya sabemos que los extremos se tocan. Todos enfundados en una camiseta morada,
como el morado de la bandera republicana y un círculo que bien podría parecerse a la bandera
del Japón.
Y es que LA SEXTA, nido residual de los rojos y reserva espiritual del progresismo que, como
yo, estábamos hartos de propaganda del régimen, ha sido la propaganda del régimen que
viene. Con el “Gran Wayo” diciéndonos lo que nos gustaba escuchar y, con esa caída de
parpados embaucadora, que solo Wyoming sabe hacer… se nos metió en el bolsillo. Primero
fingiendo su amor por ZP, luego cargando contra el feo Rubalcaba, y ahora en brazos de una
melena Pantene recogida con un lacito morado en la parte de la nuca.
Nada es casual en este mundo. Todo pasa a su debido tiempo. Y, mientras tanto, como decían
aquellos melenudos de Europe al ritmo de sus guitarras eléctricas: “It´s the final of
countdown”. Tic, tac, tic, tac, tic, tac
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