Kathryn Bolkobac, que destapó la implicación de la ONU en el trafico sexual, destaca la gravedad de los crímenes que entre bastidores se efectúan impunemente contra las mujeres. Es impresionante que esta mujer que formaba parte del Destacamento Policial Internacional “que coordinado con la ONU, se encargaba de mantener la paz en Bosnia y fortalecer las instituciones de la ley y el orden después de la guerra” denunciase a estas instituciones. Grandes ideales que chocaron con “una desorganización increíble. A esta mala gestión se añadía la corrupción que comportaba no solo el tráfico de mujeres sino también fraudes financieros y dinero del contribuyente que no llegaba donde debía llegar”.
Kathryn Bolkobac le dice a Ima Sanchís, la periodista que la entrevista: “En este contexto, la violencia sexual afectaba incluso a las intérpretes que trabajaban con nosotros. Descubrí la existencia de oficiales internacionales que las tenían como esclavas sexuales, pero eran adultas…El tráfico sexual era otra cosa: mujeres y niñas procedentes de países como Rumania, Albania o Croacia: les prometían empleo de camareras o de modelos y una vez en Bosnia les confiscaban el pasaporte y las obligaban a prostituirse en uno de los 900 burdeles que había en el país disfrazados de bares o restaurantes”.
La Biblia dice que los hombres tienen a flor de labios la palabra paz pero que en el fondo se esconde el crimen organizado: “El primer caso fue al cabo de tres meses de haber llegado: Encontramos a una chica muy maltratada físicamente andando por la montaña. Nos habló del Florida Bar …En una habitación escondida encontramos a siete chicas que vivían sobre colchones, rodeadas de condones, toda clase de artefactos sexuales y videos de miembros del Departamento Policial Internacional y soldados de la OTAN fornicando. A una que estaba enferma le encontramos monedas en la vagina. Marcos alemanes de un oficial que denominaban Doctor. Encontramos vídeos de altos directivos de DynCorp (empresa de seguridad privada que trabajaba para el gobierno de EUA), violando a aquellas chicas, algunas de entre 12 y 15 años, videos que ellos mismos hacían circular entre los soldados”.
Al finalizar la entrevista Ima Sanchís les pregunta a
Kathryn Bolkobac : ¿Cambió algo? Uno se asombra de la respuesta que recibió: “Hace dos años, La verdad oculta, la película que Larissa Kondracki hizo sobre este tema, se proyectó en la sede de la ONU en Nueva York, y Ban Ki-moon, actual secretario general, aprobó una ley sobre revelaciones protegidas, pero nada ha cambiado. Las personas que abominan estas prácticas tienen miedo de denunciarlas, y Dyn Crop (la empresa de seguridad privada) sigue obteniendo contratos de los EUA. La advertencia de la Palabra de Dios es bien clara: “ No intentes mal contra tu prójimo que vive confiado junto a ti” (Proverbios 3:29).
El lector que haya leído la entrevista que Ima Sanchís le hace a
Kathryn Bolkobac bien seguro, si es que posee un mínimo de sensibilidad habrá encontrado bochornoso lo que se hace en nombre de la paz bajo la bandera de la ONU. El prestigio de esta institución internacional cae por los suelos, siguiendo la tendencia de otras organizaciones, sean nacionales o internacionales. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo es posible que el ser humano pueda caer a tan bajo nivel moral? Quienes creemos que la Biblia es la Palabra de Dios revelada a los hombres para que en ella encuentren la luz necesaria para poder vivir una vida que respete, en el caso que comentamos, a la mujer, no nos sorprende la horripilante descripción que Kathryn Bolkobac hace del comportamiento de los representantes de la ONU en Bosnia.
El secreto que descubre la causa que lleva al hombre a comportamientos tan inhumanos como el que comentamos se encuentra en el hecho de que Dios el Creador del universo y de todo lo que contiene, sin excluir al hombre, ha sido marginado de las aulas y la enseñanza de la Biblia que aporta luz al corazón del hombre ha sido substituida por la enseñanza atea de la evolución. La prohibición de enseñar la Biblia en el aula no es algo inocuo. Se piensa que con ello se enaltece al hombre pero la verdad sea dicha lo convierte en un monstruo. AL faltarle el apoyo que provee la ley moral de Dios se convierte en un vehículo que circula a gran velocidad sin freno que destruye todo lo que encuentra a su paso
Romanos 1:18-32 detalla con toda su crudeza en lo que se convierte el hombre que cree que Dios ha muerto y que si existe, se desentiende de todo lo que ocurre en la tierra. Como no han reconocido a Dios, Dios los ha entregado a una mente reprobada, a hacer cosas impropias, sin afecto natural, sin compasión, sin misericordia. No nos gusta hablar de Dios y de su autoridad sobre nosotros porque nos acusa. Si verdaderamente se desea poner fin a la violencia, en el caso que comentamos, contra la mujer, es imprescindible tener en cuenta a Dios en nuestros caminos. Todo lo que sea intentar vencer el mal prescindiendo de Dios y de su Ley está abocado al fracaso.
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