Es previsible que en breve arda el ‘Régimen’
valenciano, en el que durante los últimos
20 años ha valido casi todo; no será en las
inminentes fallas, sino en la pira electoral
preparada para el domingo 24 de mayo, de
la que parece que Alberto Fabra no se podrá
librar, ni siquiera, en calidad de ‘ninot indultat’.
Y a pesar de los negros nubarrones que
amenazan al decadente Partido Popular
valenciano, las cosas no pintan excesivamente
bien, a fecha de hoy, para los tres partidos
que hace un año parecían llamados a
protagonizar el cambio, gobierno de progreso
mediante: PSPV-PSOE, Esquerra Unida (IU) y
Compromís; la irrupción primero de Podemos,
y últimamente de Ciudadanos, nos está
acercando a una realidad parlamentaria hasta
ahora desconocida, y a los partidos de siempre,
al abismo. Así de ingrata es a veces la política.
La decisión final está en manos de los
electores, y la responsabilidad en los partidos
políticos que concurrirán a las elecciones, que
tienen la obligación de presentar programas y
candidaturas que ayuden a cambiar la imagen
exterior de la Comunidad Valenciana, para que
en el resto de España lo valenciano deje de ser
sinónimo de corrupción, despilfarro, amiguitos
del alma, pijos insoportables con carísimos
relojes que corren más rápido a bordo de
su estulticia que de sus estupendos Infinitis,
aeropuertos convertidos en disparate o ediles
afectos al cohecho o al gin tonic.
En esta línea parece estar trabajando el
secretario general del Partido Socialista
valenciano y candidato a la Presidencia de
la Generalitat, Ximo Puig, que aunque ha
decidido encabezar la lista de su formación
a Las Cortes Valencianas por la provincia de
Castellón, prepara una potente y renovada
candidatura para la provincia de Valencia,
en la que tendrán cabida algunos vips de
reconocido prestigio, como el periodista y
escritor, Fernando G. Delgado. El mensaje es
claro: frente al latrocinio y la chabacanería, el
compromiso, la profesionalidad, la creatividad
y una intachable trayectoria.
Aunque tinerfeño de nacimiento y de
madrileña carrera (RNE, Telediario de TVE, ‘A
vivir que son dos días’ de la SER), Delgado
lleva 20 años residiendo en Valencia, periodo
en el que entre otros premios, ha obtenido el
Planeta (1995) por ‘La mirada del otro’ y hace
tan solo unos días, el Azorín de novela (2015),
por ‘Sus ojos en mí’.
Junto a Fernando G. Delgado, Carmen
Amoraga, periodista y escritora de indudable
éxito, que ocupará la tercera posición de la
lista socialista por Valencia. Amoraga resultó
ganadora del Premio Nadal en 2014 con ‘La
vida era eso’, después de haber sido finalista
en 2007 de este mismo certamen y del Premio
Planeta en 2010.
Pero el secretario general de los socialistas
valencianos, Ximo Puig, que antes que político
fue periodista, no solo ha encontrado la
renovación en el campo de las letras; la cabeza
de lista por la provincia de Valencia será María
José Mira, economista de reconocido prestigio,
que hasta ahora había trabajado como
directora general de la Asociación Empresarial
de Residencias y Servicios a Personas
Dependientes de la Comunidad Valenciana
(AERTE); su incorporación se me antoja de
capital importancia en un momento como
éste, por cuanto supone un destacadísimo
guiño al sector valenciano de la Discapacidad,
que se encuentra en pie de guerra contra el
todavía presidente de la Generalitat, Alberto
Fabra, a consecuencia del salvaje e insolidario
copago-repago que éste ha impuesto al sector
y que está atentando gravemente contra el
patrimonio de muchas familias y contra la
dignidad de no pocos dependientes; cada día
se conocen nuevos casos de familias que sacan
de las residencias a sus seres queridos, al no
poder seguir pagando el necesario servicio que
en ellas llevaban años recibiendo.
Pese a las incertidumbres que apuntan los
estudios demoscópicos para los partidos
tradicionales, los socialistas valencianos
parecen estar dando pasos en la buena
dirección. Era necesario abrir las puertas
del partido a la sociedad, mirar más allá
de las paredes de las sedes de las distintas
agrupaciones locales; justo lo que pretende
Ximo Puig, que considera imprescindible
romper con la eterna y nociva endogamia
que, para mal, ha encorsetado al PSPV-PSOE
durante lustros. Sería bueno que la militancia
siguiera al líder y comprendiera que un carné
no hace a nadie ni mejor ni peor; y que los
vocablos ‘independiente’ y ‘sospechoso’ nunca
han sido sinónimos.
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