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Damnificados fantasmas en el Sahara Occidental

Magnificar números de cobradores es uno de los métodos más antiguos y populares para malversar fondos
Luis Agüero Wagner
martes, 24 de marzo de 2015, 00:37 h (CET)
No hace mucho tiempo la noticia de que en el ejército iraquí figuraban unos 50 mil soldados fantasmas sorprendió a gran parte del mundo, aunque el mal sea una vieja y popular forma de malversar fondos.

Cuando llegó a la presidencia argentina el escritor Domingo Faustino Sarmiento, descubrió que bajo administración de su antecesor, Bartolomé Mitre, se había incluído en el ejército argentino que combatía en la guerra del Paraguay un número de soldados muy superior al real, solo para malversar fondos.

En países latinoamericanos como el mismo Paraguay actual, es una vieja práctica aumentar el número de uniformados, damnificados por las inundaciones, niños de la calle, indígenas abandonados o veteranos de guerra para embolsar grandes sumas de dinero.

Las últimas noticias destacadas por la prensa española, de un gran fraude con la ayuda humanitaria destinada a los refugiados del Sahara Occidental, escandalizaron a Europa.

Fue cuando la Eurocámara desempolvó un revelaror informe de la Oficina Antifraude de la UE que llevaba siete años oculto y que denunciaba la “malversación y el tráfico” de las subvenciones a los campos de Tinduf.

Invocando supuestas causas altruistas, gran número de fundaciones y ONG habían malversado millonarias sumas de ayuda europea a los damnificados por un conflicto que precisamente estos entes se encargar de perpetuar para lucrar con él.

Como los beneficiarios iniciaron un bombardeo mediático sobre las confusas motivaciones cargadas del lirismo para justificar sus actos, los organismos pertinentes respondieron que lo que estaba en discusión no era el conflicto, sino el injustificable desvío de la ayuda.

“Yo no quiero saber nada del conflicto, ni de Marruecos ni del Polisario; solo me preocupa el buen uso de los fondos”, dijo al respecto la diputada de la CDU Ingeborg Grassle, que está ultimando un informe para fines de este mes.

Esta declaración rebaja a casi la mitad el número de refugiados saharauis en los campos argelinos.

La OLAF argumenta que las autoridades argelinas indicaron a las autoridades internacionales que la población en el campamento de Tinduf estaba compuesta por 155,000 personas, algo que consideró sobreestimado para la cantidad real de refugiados, y que finalmente permitió el desvío.

Desde su creación en 1975, las cifras “fluctúan” de acuerdo a las perspectivas de ayuda a malversar. De 165,000 personas en 1975, el gobierno argelino notificó 155,000 en 2000 y 158,000 en 2004. Mientras el gobierno marroquí estimaba entonces que eran 50,000 personas, el Frente Polisario elevaba la cifra a 200,000 según el informe.

La OLAF puntulaiza que “ni Argelia ni el Frente Polisario aceptaron que las instancias internacionales realizaran un censo de la población de los campamentos a pesar de los pedidos formales de la Agencia de la ONU para los refugiados en 1977, 2003 y 2005”.

En el período de 1994 a 2004, la ECHO entregó 105 millones de euros en ayuda humanitaria sobre la base de tales cifras, y hoy se sabe que se calculó sobre un número cuatro veces superior al real.

Dijo Lincoln que puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. Sin embargo, quienes lucran con la tragedia del Sahara Occidental llevan casi cuatro décadas haciéndolo.

El destape del fraude de la ayuda humanitaria tal vez ponga punto final a este lapso incontable de la eternidad.

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