Está visto que el famoso Tipartit sólo se acuerda de Santa BárbaraGobierno
Central, cuando los acontecimientos los desbordan y aparecen como lo que
realmente son: un grupo de gestores ineficientes e incapacitados para
manejar una autonomía tan complicada como es la catalana. Tanto pedir que se
les hagan traspasos de competencias, tanto insistir en el Estatut, para
asumir más cuotas de poder; para que luego, a la primera dificultad que se
les presenta, al primer tropiezo de importancia y en cuanto ven que las
cosas se les ponen mal, cara a una ciudadanía (que no quiere saber de
políticas y que lo único que desea es que se le solucionen los problemas
cotidianos que, son los que, realmente, le atañen directamente en cuanto a
su comodidad y a sus bolsillos), volver sus ojos hacia el Gobierno Central
en busca de árnica para sus males. Está visto que no llegan a asimilar el
hecho de que independencia, autogonierno etc. significan aprender a valerse
por sí mismos, prescindir de las ayudas del resto de la Nación y
ingeniárselas como puedan para salir adelante como nación independiente.
Resulta muy fácil, como les ocurre a los niños de papá, pedir irse de casa, reclamar independencia y presumir de estar capacitado para enfrentarse solo a la vida si, cuando surgen dificultades, basta con acudir a papá para que le ayude, le dé más dinero y le saque del apuro. Esto debiera saberlo el inmutable señor Montilla. No vale escudarse en estar de vacaciones, no vale echar el peso de las responsabilidades en otros y, todavía vale menos, hacerse el machote y amenazar a diestro y siniestro, cuando sabe que está dando palos de ciego y que el verdadero cáncer no está en los demás, sino en su propio equipo de gobierno y en su cuerpo técnico que, como en tantas otras facetas de la administraciñón catalana, está haciendo aguas por los cuatro costados. Vino la ministra inane, la señora Magdalena Álvarez y ¿qué hizo? Echar un vistazo, darse cuenta de que el asunto quemaba y largarse, no, ¡eso sí!, sin antes haber insinuado que la culpa era del PP. Pero ZP está inquieto porque, y él lo sabe muy bien, depende de los votos catalanes para ganar las próximas elecciones, y por eso nos ha enviado a otro de sus políticos; esta vez se trata del señor Morlán, que, por lo visto, es especialista en decir las verdades de Perogrullo. Este señor ha desembarcado en Barcelona, por aquello de las cercanías, dispuesto, según dice, a arreglar todo aquello que el gobierno del PSOE ha sido incapaz de detectar y de arreglar durante los tres años que llevan gobernando. ¡Valiente hazaña! Para él los trenes que fueron a Madrid debieran haber sido enviados a Barcelona se olvida de que Madrid ha sido la más perjudicada de todas las autonomías por parte del PSOE, que se las ha ingeniado para reducir al máximo las ayudas para infraestructuras con el fin de hacer piezas todos los proyectos de Esperanza Aquirre, que se las ha tenido que ingeniar sola para llevarlos a cabo y el PP debiera haber sido más generoso con la comunidad catalana.
Es curioso que el señor Morlán, flamante jefe de la Oficina del Centro de Coordinación, instalado en Barcelona por si no bastaran los departamentos, subdepartamentos, asesorías técnicas, informes privados (recuérdese los estudios sobre la codorniz japonesa y la gaviota corsa, sin duda de gran trascendencia para la nación catalana) y todos los funcionarios de que dispone la Generalitat, (que nos cuestan un ojo de la cara y, por lo visto, sólo están como decoración) con todo su séquito, haya llegado, en plan de conquistador para poner orden y solucionar, de un plumazo, todo lo que no funciona en este país: ferrocarriles de cercanías, metros, suministro eléctrico, autopistas, o ¿puede que no?, es posible que sólo se quede en intentar arreglar lo de los ferrocarriles, lo de la incidencia de las obras del AVE en el funcionamiento de la red ferroviaria normal, ¿es esa su función? O es que ¿prefiere decir que Catalunya ha sido maltratada por el PP? ¿Cuándo señor Morlán? Quizá cuando Aznar y Pujol iban cogidos de la mano. ¿No supo o no quiso Pujol arrancarle concesiones al señor Aznar? O ¿es que el zorro catalán no era mil veces más listo que nuestros actuales gobernantes? Decir que Cataluña no sacó una buena tajada de la etapa en la que gobernó el PP, es tanto como ahora decir que el señor ZP apoya de todo corazón a doña Esperanza Aguirre, o sea, para entendernos, mentir descaradamente. Pero es que, para estos socialistas que nos gobiernan, el mentir es innato a su propia condición y, cuando se trata de lanzar infundios para perjudicar al PP parece que todavía se crecen más. Llevan tres años gobernando y la única excusa que se les ocurre a ZP, sus ministros y, si nos atenemos a lo dicho por el secretario de Estado de Infraestructuras y Comunicación, también por sus subordinados; es acusar a los populares, como si ellos no tuvieran ninguna culpa de no haberlo arreglado lo que estaba mal, si es que debía hacerse, durante el tiempo que vienen ostentando el poder.
Entre tanto, con Morlán o sin él, cada día se van dando nuevos incidentes en las líneas de cercanías; continúan produciéndose apagones a causa de las tormentas; las autopistas (lo puedo certificar personalmente) van de atasco en atasco y no sólo en días festivos, sino durante toda la semana. Me pregunto si, a la vista de tanto desastre, el señor Carot y el señor Puigcercós le habrán puesto pegas al señor Morlán por no hablar el catalán, ¿le habrán exigido que justifique tener el nivel C de catalán? Debo decir que, en esta ocasión, los encuentro muy moderados; primero aceptaron que el ejército invadiera Catalunya con sus generadores eléctricos, ahora, consienten que vengan de Madrid técnicos para que les solucionen los problemas que ellos no saben resolver, ¿pero qué eso?, ¿a dónde vamos a parar? ¡Dónde está la dignidad de estos defensores de la Catalunya lliure! Al parecer, por los suelos.
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