Parece que acabamos la semana laboral, y si todo ha ido bien, hoy tienes que estar algo más cansado que cualquier otro día de la semana, es como que exprimimos nuestro cuerpo hasta que el viernes ya te pide descanso sí o sí. A mi hoy me ha costado un poco más hacer mi meditación, despejarme y poder estar aquí escribiendo para ti. Son las 7:02 a.m, as usual. Durante los próximos 30 minutos espero escribir sobre un tema en el que últimamente he pensado, la diferencia entre temperamento y carácter.
No voy a hablar de descripciones filosóficas, ni de libro, porque eso lo dejo para los académicos, doctores y en último caso para la wikipedia, lo que te puedes encontrar en este blog espero que sea algo más original y made in myself.
Cuando conocemos a una persona enseguida nos deja una impronta, que es algo así como una huella. Todos nosotros dejamos huella, algunas personas dejamos más huella y otras menos. En algunos programas y grupos con los que trabajo hay personas a las que casi no se les escucha, ni se les oye hablar, ni incluso se mueven… Luego me dicen en petit comité “César, es que los demás no me tienen en cuenta”, y yo pienso “Caramba, no me extraña. ¿Dónde has estado estos dos días en los que los demás hemos hecho de todo?”
Dejar huella también tiene que ver con tu presencia, con tu participación, con tu involucración activa.
Adoptar un rol pasivo para luego echar la culpa al mundo de que no te tiene en cuenta es un tema muy delicado. Dejar huella tiene que ver con un movimiento de liderazgo personal, de querer aportar proactivamente.
Temperamento y carácter
Generalmente cuando una persona es como es, decimos que tiene un temperamento X. Podríamos decir que alguien tiene un temperamento agresivo, pacífico, paranoico, colérico, alegre, pasota y un largo etcétera de formas de ser. Hay una parte de nosotros que nos viene dada, que está en el ADN, esta parte es el TEMPERAMENTO.
Al igual que en tu ADN viene determinado si vas a tener ojos azules, vas a ser alto, etcétera.También una parte de tu forma de ser viene condicionada de casa.
Sin embargo, no hay que confundir esto con que todo está escrito, porque no es así. Una persona con un temperamento colérico puede llegar a ser el Dalai Lama, no tiene mucho que ver. Porque luego tenemos el carácter.
El CARACTER es lo que tu adquieres, lo que vas aprendiendo, la parte de tu personalidad que alteras, que cambias, que puedes modificar. Uno puede nacer con un temperamento introvertido, pero con los años desarrollar su extroversión. Es decir, desarrollar su carácter.
El carácter decimos que se forja sobretodo en la experiencia de vida. En los primeros años de vida principalmente. Aunque luego tenemos toda una vida para irlo modificando, cambiando y evolucionando.
Cada vez que me encuentro con una persona con la que me cuesta tratar, siempre me pregunto ¿Cómo habrán sido sus primeros años de vida? Como puedes imaginar, por mi mente pasan un montón de imaginaciones en ese momento (y hablan un montón de personajes. Oh, no !oigo voces!).
Lo cierto es que nuestros primeros años de vida condicionan nuestra vida enormemente.
Cada uno de nosotros/as tenemos una historia. Generalmente, también depende de la edad que tengamos, habrá de todo entre los que estáis leyendo este artículo…
Es posible que muchos de vosotros habréis sufrido experiencias traumáticas, como la muerte de un ser querido…
O como una familia a la que no llegaban los recursos económicos…
O unos padres con muchos problemas entre ellos…
O una enfermedad vuestra o de alguna persona cercana…
O una familia ausente…
O una familia rota…
O un pais bajo una dictadura…
O un carácter paterno demasiado autoritario…
…
Todas las experiencias que vivimos en esos primeros años de vida, se nos quedan grabadas como huellas que impregnan nuestra forma de ser y que se mezclan con nuestro temperamento (el que venía por ADN) para formar nuestra personalidad adulta. Yo no puedo negar que el hecho de que mi padre falleciera cuando yo tenía 2 años y mi hermano 6 no haya marcado nuestras dos personalidades, nuestro carácter. Todo evento traumático deja huella en nuestro corazón, y nuestro cuerpo.
Luego, con el paso del tiempo, es cuando las personas adultas podemos construir sobre los traumas. Pero es un camino que cada uno debe ir recorriendo. Quedarse anclados a lo que creemos que somos no nos sirve de nada.
Cada vez que veo un adulto con problemas o con dificultades en este presente, me pregunto ¿Cómo habrá sido su pasado?, ¿Cómo lo viviría el niño o la niña que fue hace 40 años?
Generalmente, uno no puede sino sentir amor al conocer los traumas que han vivido otras personas. Y cuando uno se dedica a trabajar cada día con el factor humano conoce a muchas personas que lo han pasado mal. Sin embargo, como decía hace unos días, el ser humano florece, la vida no se puede detener.
La vida aparece por cualquier rincón, sea en la forma del primer llanto de un bebé, de una flor que rompe el asfalto para nutrirse del sol o del canto de un ruiseñor en estas maravillosas noches de primavera.
Esto nos deja con dos asignaturas pendientes:
Por un lado, tenemos que saber que nada está escrito. Que una cosa es qué te ocurrió cuando todavía no podías razonar con efectividad, y otra cosa es que quieres hacer ahora con tu vida. Yo me considero más introvertido que extrovertido (en la escala MBTI estoy entre medias). Sin embargo, durante estos 15 años de carrera profesional he tratado de desarrollar mi extroversión, ahora doy conferencias para muchas personas y me siento realmente bien. Esto hace 10 años habría sido impensable. Todo se puede cambiar cuando uno se hace adulto. Es decir, que nada está escrito.
Tú puedes llegar a Ser aquello que quieras Ser.
La segunda asignatura pendiente, es la nuestra como educadores de otros que vienen detrás. En nuestro papel como padres, tutores, padrinos, profesores, tenemos que velar porque aquellos que nos siguen, lleguen a ser mejores adultos. Nuestro papel también es crear un mundo mejor. ¿Cómo estás educando a tus hijos? ¿Cómo se sienten tus hijos?
Permíteme resumir muy brevemente:
1. El temperamento viene determinado por tu herencia genética.
2. El carácter los construyes en tus primeros años de vida y se transforma durante toda tu vida.
3. Tú puedes cambiar tu carácter y tu realidad presente.
4. Nada está escrito.
Que tengas un gran día.
|