Hasta un 30% de las personas que sufren un episodio de vértigo tienen secuelas persistentes que limitan su calidad de vida, por lo que necesitan rehabilitación para recuperarse. Este es uno de los temas centrales de la 2ª Reunión Nacional de Invierno de Otoneurología (RIO 2021), organizada por la Comisión de Otoneurología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) que se celebra online el 19 y 20 de febrero.
Cuando se produce una crisis de vértigo se pone en marcha la compensación vestibular, un conjunto de procesos que tienen como objetivo una reorganización del sistema vestibular para restablecer el equilibrio. “Muchos pacientes realizan esa compensación de forma natural por lo que consiguen una recuperación rápida y completa de la estabilidad y el equilibrio. Pero hay otro grupo de pacientes, de entre el 20 y el 30%, que tienen secuelas por no conseguir esa compensación”, comenta el doctor Eduardo Martín Sanz, presidente de la Comisión de Otoneurología de la SEORL-CCC, organizador del congreso. Entre las secuelas más habituales, se encuentran mareos, desequilibrio, caídas, miedo y ansiedad, sedentarismo y aislamiento. “Se trata de situaciones que pueden llegar a ser muy incapacitantes ya que limitan mucho la movilidad de las personas, pues tienen miedo a caerse, evitan salir a la calle, por lo que acaban quedándose en casa y sin moverse, algo que les puede perjudicar más aún en su recuperación”, señala.
El proceso de compensación vestibular “incluye en primer lugar, la restauración del reflejo vestibuloocular y de la función locomotora. Además, habrá un proceso de habituación que permitirá reducir de forma progresiva la asimetría generada durante la crisis de vértigo”, subraya el doctor Martín Sanz. En los casos en los que la compensación sea deficitaria esta puede mejorarse a través de la farmacología o la rehabilitación. “Sin embargo, el uso de fármacos a largo plazo, puede ser perjudicial para lograr la compensación. Además, las situaciones de estrés y ansiedad así como la reducción de la movilidad por parte del paciente ante el miedo a sufrir una nueva crisis también pueden influir en el proceso de recuperación”, advierte.
Por todo ello, el papel de la rehabilitación vestibular es clave. “Es importante que se inicie de forma temprana para intervenir justo cuando nuestro sistema vestibular está reorganizándose para restablecer el equilibrio”, afirma el doctor Martín Sanz. De hecho, un estudio publicado en Advances in Otorhinolaringology confirma la necesidad de realizar una intervención temprana para prevenir caídas y para el manejo de los síntomas. Además, añade, a través de la rehabilitación vestibular se consigue mejorar los síntomas de desequilibrio, las caídas, el miedo a caer, oscilopsias, mareos, vértigo, sensibilidad al movimiento y síntomas secundarios como náuseas y ansiedad.
La rehabilitación vestibular es un conjunto de ejercicios encaminados a favorecer la plasticidad del sistema nervioso central mediante mecanismos de adaptación. “Además, ayuda a generar otros mecanismos de sustitución en los pacientes con alteraciones del equilibrio, con el fin de mejorar la estabilidad global y favorecer su incorporación a las actividades de la vida diaria”, argumenta el doctor Martín Sanz. El proceso incluye la rehabilitación del reflejo vestibuloocular, la reeducación del equilibrio estático y dinámico, ejercicios de habituación para colocar al paciente en distintas posiciones de forma repetida y de mantenimiento, que consiste en la incorporación progresiva a determinadas actividades. “Hemos conseguido grandes avances incorporando la realidad virtual a los distintos ejercicios y maniobras rehabilitadoras”, añade. El manejo de estos pacientes “debe ser personalizado, siendo fundamental ser atendido por un médico especialista en otorrinolaringología, ya que tiene amplios conocimientos sobre el funcionamiento del oído y el sistema vestibular responsable del equilibrio”, destaca.
Diagnóstico del vértigo Una crisis de vértigo puede tener una duración variada, desde unos segundos, a unos minutos o incluso horas. “Es una situación muy incapacitante en la que las personas manifiestan ataques de mareo rotatorio ante determinados movimientos o cambios de posición de la cabeza. A menudo se acompañan de náuseas, vómitos o palidez”, explica el doctor Martín Sanz. Un estudio español reciente publicado en Acta Otorrinolaringológica Española y realizado con más de 7.800 pacientes concluye que la incidencia anual de alteraciones del equilibrio en Atención Primaria es del 2,2% y que más de la mitad de los pacientes son diagnosticados de algún tipo de vértigo posicional.
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