Me pongo de rodillas, rezo una oración
cometo una torpeza y pido perdón.
Miro hacia arriba, el cielo claro es,
bonito como nunca al atardecer.
Veo que hace viento y me atormento,
que todo en el mundo es aburrimiento,
y el amanecer, soñado por muchos,
uno de los tesoros de ángeles varios
que fueron a su encuentro.
Más no es más que un sueño equivocado.
Veo las nubes
y pregunto, ¿llueve?, crecerán las plantas,
rosas, claveles.
Siempre de rodillas rezo una oración,
pido un deseo
de corazón,
que aquí tengo sofoco sin luz
de colores esperanzadores.
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