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Volví a soñar contigo, Josefina, tras un día de tórridos calores, recordando los días de esplendores: que sabían a cielo, con propina. Eran los tiempos de la lluvia fina, que amortiguaba todos mis temores, era un mundo de bellos ruiseñores que envolvía la vida con platina.
Podemos imaginar, discurrir que, mañana nos veremos. Ese día eran las diez y treinta minutos de la noche, el espejo estaba agotado, tartamudeaba, había sido víctima, por ello cambió de lugar, de esta situación nadie en la casa se había percatado, todos dormían plácidamente mientras llovía a raudales en la florida ciudad, y sorpresivamente las campanas de la parroquia repicando, no se sabía por qué.
Afirmaba Rodríguez Zapatero en un mitin, durante la reciente campaña electoral, que “"el infinito es el infinito; el universo es infinito muy probablemente. No cabe en nuestra cabeza imaginarnos cómo es el infinito"; aseveraba asimismo que "pertenecemos a un planeta, la Tierra, y a una especie que es absolutamente excepcional" y que:” somos el único sitio del Universo, del Todo, si es que podemos concebir el todo, donde se puede leer un libro y se puede amar".
Es necesario seguir profundizando en este sustrato más profundo de la realidad humana, los sentimientos y la experiencia más allá de la supervivencia de la vida diurna; en la vigilia intentamos sobrevivir a un mundo lleno de conflictos que pudieran detener nuestro paso, sin embargo, en los sueños del hombre mortal, en aquellos momentos de mayor indefensión, surge la libertad de volar sin alas, de cantar más allá de los límites espacio-temporales de lo real.
La adivinación o videncia es un Don con el que cuentan muy pocas personas. Se trata de una habilidad para interpretar el futuro gracias a la clarividencia que, aunque es desarrollado y potenciado durante toda la vida, viene desde el nacimiento. Es el caso de Luz Vega, la adivinadora, que siempre supo que tenía esta capacidad desde su más tierna edad.
Joya de valor sentimental. Santo, es “el caballo”. Palomo era elegante, genial, era una estrella del circo celestial. Volaba alto, Palomo y yo, yo y él, sin más.
Tras despertarme no quise indagar sobre este extravagante sucedido, que cambió el ritmo de mi corazón. Prefiero poderme sustentar
en aquello que tengo bien sabido: en que “los sueños, solo sueños son”.
Llueve y deja de llover, pasará hasta la medianoche, lloverá y entonces ¿qué?, nada, que llueva, que me quedo dormida viendo las series de acción de televisión, entre las olas tempestuosas de sentirme vieja e indecisa, pero con suerte, también.
Recuerdo aquellos años, cuando el medio de transporte más popular era el tren. Al ponerse en marcha iba dejando estelas de vapor blanco grisáceo…, recuerdos de la multitud de adioses de personas, de pueblos, de ciudades. Adioses por la casi imposible protección familiar… Inmigración interior, de las mesetas al norte industrial, del sur a la Cataluña de expansiva, de la Galicia herculana a las Américas…
Siempre hablo en mis escritos de olvidar el mundo real en el que vivimos, de sumergirnos en esas maravillosas historias que nos reservan los libros y dejarnos llevar a otro mundo alejado de éste, pero nunca había experimentado la sensación de lo que se siente al olvidar realmente todo, porque en realidad, lo que yo deseaba era recordar y vivir cuando lo deseara en otro universo paralelo donde todo fuera una utopía.
¿El poder de los sueños? ¿o la estupidez de los sueños? Hay muchas teorías sobre los sueños, y lo cierto es que me he sorprendido en ocasiones al encontrar hechos inexplicables en ellos. Pero hoy no voy a hablaros de teorías conspiratorias ni nada por el estilo, bueno, tal vez sí.
Me pongo de rodillas, rezo una oración
cometo una torpeza y pido perdón.A día de hoy, el mundo de los sueños sigue siendo desconocido por la gran mayoría de seres humanos. Y es que, por muchas investigaciones que se hayan hecho al respecto, todo lo que sucede en nuestra mente cuando estamos durmiendo sigue causando muchos interrogantes entre la comunidad científica.
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