La España de la Autonomías está en declive, no por el sistema en sí, sino porque para que funcione un “semi federalismo” hay que ser primero RESPONSABLES, segundo MUY ESTRICTOS CON EL CAPITAL DE TODOS y tercero TENER SENTIMIENTOS DE NACIÓN y DE ESTADOS.
España carece de todo ello, por lo menos globalmente.
Las Autonomías se han ido convirtiendo, con el tiempo, en “reinos taifas”, también llamados “banderías”, calificativo que describe muy gráficamente el concepto:
“Grupo de personas que comparten las mismas ideas o intereses y que para defenderlos se agrupan y son beligerantes”
"las relaciones personales entre los nobles, y entre estos y el rey, ayudan a entender las guerras civiles y de banderías" Parémonos y hagamos un recorrido por nuestra experiencia autonómica.
La cuestión fundamental en lo que consideramos y aceptamos como, “LA NUEVA ESPAÑA DE LA CONIVENCIA”, “LA ESPAÑA DEL 78”, “LA ESPAÑA DE LAS AUTONOMÍAS”, es, sin duda, la TOMA DE POSESIÓN con EL JURAMENTO CORRESPONDIENTE.
Sobran palabras para hacer comprender el trasfondo de ese momento iniciado en 1978 y asumido voluntariamente por los electores españoles:
Real Decreto 707/1979, de 5 de abril, por el que se determina la fórmula de juramento o promesa para la toma de posesión de cargos o funciones públicas. «(Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo... con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución, como norma fundamental del Estado?».
Esta pregunta será contestada por quien haya de tomar posesión con una simple afirmativa.
La fórmula anterior podrá ser sustituida por el juramento o promesa prestado personalmente por quien va a tomar posesión, de cumplir fielmente las obligaciones del cargo con lealtad al Rey y de guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado.
La interrogante que nos planteamos, después de más de cuarenta años, es:
Primero. ¿Se ha hecho cumplir y respetar dicha normativa sobre el “JURAMENTO o PROMESA”
Segundo. ¿Qué consecuencias jurídicas se derivan del posible incumplimiento de la norma o incluso la modificación de las formas, con el único fin de disimular la no aceptación del compromiso con la legalidad vigente?
Tercero. Los ciudadanos de a pie, ante tanta variación floral de formulismos se preguntan ¿“la ley y la justicia es para todos igual”?
El “semi federalismo” autonómico, hoy por hoy, como se ha dicho anteriormente es un campo de “banderías”, interesadas y beligerantes.
Se ha perdido el sentido de NACIÓN: ESPAÑA.
Se ha consentido el concepto ESTADO y quieren sustituir por el de NACIÓN, históricamente no demostrable.
Ahora, además, se utiliza la herramienta más peligrosa para el mantenimiento de la convivencia: la LENGUA.
Las LENGUAS, en un momento de caída de la natalidad natural, han aparecido como nenúfares en lagos semi abandonados. Deberían pasar el examen de la Real Academia de la Lengua. Allá por los años 40-50-60-70, se distinguía lo que era “lengua” y lo que era “dialecto”. La RAE, hoy, debería hablar y aclarar.
Una Nación con organización “Autonómica”, puede admitir diversas formas administrativas, siempre que no se toquen elementos y conceptos esenciales de la NACIÓN, como la LENGUA, el EQUILIBRIO FISCAL y la EDUCACIÓN y los SENTIMIENTOS culturales y religiosos. La libertad no significa SUPRIMIR, sino ACEPTAR.
La pregunta, resumen de todo lo expuesto, sería una muy simple:
Cuando alguien manifiesta que las AUTONOMÍAS están GRAVEMENTE ENFERMAS, puede señalársele como Ultra Derecha.
La reflexión final:
La globalización, cuando se convierte en “multitud utilizada y guiada como ovejas trashumantes”, ¿ES LIBERTAD?
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