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No recuerdo quién dijo hace unos días que la deuda del Estado era superior a la autonómica. No sé si estaba en lo cierto, pero lo que sí es evidente es que algunas Autonomías de esta nación han despilfarrado, a manos llenas, el dinero de los impuestos de los españoles, demostrando que han sido incapaces de gestionar, de una manera eficaz y sensata, las partidas que han destinado a atender los diversos sectores de las administraciones autonómicas.
El 4 de diciembre de 1977 es una fecha clave en la historia de Andalucía, ya que ese día tuvieron lugar manifestaciones multitudinarias en favor de la autonomía andaluza en toda la región, porque antes eran regiones, las autonomías llegaron después.
Puesto que la información que se posee es todavía incompleta y sin los datos necesarios para evaluar los acuerdos, es pronto para saber qué consecuencias concretas va a tener la negociación que se lleva a cabo para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa, candidato del Partido Socialista de Cataluña. Sin embargo, con lo que se sabe sí se pueden establecer algunas conclusiones generales muy relevantes.
De sobra sabemos que este plagiador nefasto (y muchas más cosas, como él dijo a Feijóo) no es un gobernante decente. Son tantas y frecuentes sus fechorías políticas que lo que se llama sorprendernos, no nos sorprende, pero ¡nos fastidia sobremanera! Solo hay que comparar lo que decía a los militantes de su partido horas antes de unas elecciones y lo que, pocas horas después de perderlas, ha tenido que hacer para formar un “gobierno Frankenstein”.
El bipartidismo se pelea, se insulta, se hace la cama mutuamente, se tira los trastos a la cabeza, pero siempre llegan a consensos que la mayoría ciudadanos de a pie ya no nos creemos, son falsos consensos. El bipartidismo ha logrado crear ciudadanos de primera y de segunda categoría en función de su lugar de nacimiento.
Quiero detenerme en la insaciabilidad de los políticos de las comunidades autónomas que tan generosamente fueron favorecidas, al tiempo de la transición, por todos los españoles que -haciendo un acto de fe- consintieron tales favores con tal de que España creciera a la luz de una nueva etapa de su historia. Favores que pienso que no eran justos, porque procedían de un “borrón y cuenta nueva” mediante el cual todos los españoles seríamos iguales.
Las noticias ya no nos llegan “rancias” como las que -con tanta seriedad como acierto- nos cuenta ABC de los tiempos de Maricastaña. En estas fechas, aunque no todas ¡vive Dios!, las vamos conociendo casi “al día”, tal es el signo de los tiempos. Las que ahora tocan, tratan preferentemente sobre los Presupuestos Generales del Estado de España.
Hace poco hablábamos en este mismo medio de que las comunidades, sobre todo las del PP, no estaban de acuerdo con el sistema de reuniones de la Conferencia sectorial ni con el modelo que propugnaba el Gobierno. Con el turismo todos han tenido que claudicar para no quedarse sin fondos, dadas las amenazas e imposiciones del subdirector general de Cooperación y Competitividad Turística.
Ya no sabemos qué rarezas, ocurrencias, dislates o disparates son los que va a seguir cometiendo este gobierno de izquierdas, que parece que no va a parar de ir lanzando la pelota del totalitarismo hacia delante sin preocuparse de los off side, manos, faltas, penaltis y derribos en los que vaya incurriendo para conseguir alcanzar la meta del poder que el señor Sánchez ha convertido en su principal y único objetivo.
Todas las autonomías se han arrodillado, que es lo que pretendía el presidente. Tan sólo Castilla y León, Murcia, Andalucía y Galicia han mostrado su desacuerdo con el reparto de fondos, pero, ante las amenazas, han optado por abstenerse, primero, y votar “sí” al día siguiente. Era la única manera de no quedarse sin fondos. Ni siquiera los representantes de la comunidad de Madrid han levantado la voz esta vez.
La toma de posesión autonómica toma como referencia lo estipulado en el Real Decreto 707/1979, de 5 de abril, en su primer artículo, al igual que el resto con respecto a la fórmula de juramento de cargos públicos, ya que «promulgada la Constitución, resulta obligado determinar, de acuerdo con la misma, la fórmula de juramento o promesa para la toma de posesión de cargos o funciones públicas».
La España de la Autonomías está en declive, no por el sistema en sí, sino porque para que funcione un “semi federalismo” hay que ser primero RESPONSABLES, segundo MUY ESTRICTOS CON EL CAPITAL DE TODOS y tercero TENER SENTIMIENTOS DE NACIÓN y DE ESTADOS.
Nadie que tenga una mínima noción de política puede dejar de observar, en la conducta de este experto en maquinaciones que favorezcan a sus intereses particulares, que se vienen centrando en mantenerse en el poder cueste lo que cueste, que es el señor Sánchez, puede tragarse la píldora de que, lo que está intentando nuestro presidente, es evitar que sobre él y su gobierno recaiga el estigma de ser los responsables de un fracaso como el que tuvieron en la primera parte de la aparición del virus; algo que el pueblo español, con toda seguridad, no sería capaz de perdonarles.
Sería justo que quienes reciban el Ingreso Mínimo Vital (IMV) a cargo del Estado prestaran a cambio una colaboración en alguno de los sectores de la vida laboral dependiente de los poderes públicos, aunque solo fueran algunas horas al día.
Según se cuenta, el entonces Presidente del Gobierno Adolfo Suarez, viendo que la voluntad autonómica española era imparable dijo lo de “café para todos” y fue aprobado el Estatuto Andaluz.El gobierno de la UCD pensaba que el proceso sería más lento, al menos en Andalucía, pero la solución salomónica de Suarez nos llevó a que se formara una sola Comunidad Autónoma con las ocho provincias andaluzas.Un político granadino de aquellos momentos dijo, en petit comité, que si hubiéramos sabido lo que iba a pasar, Granada podía haber luchado por formar otra comunidad con Almería, Málaga y Jaén pues íbamos a terminar absorbidos por Sevilla, como así ha pasado, aunque nos dieran como premio de consolación ubicar en Granada el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.El texto del Estatuto andaluz consta, nada menos que de 250 artículos, bastantes más que la Constitución Española, y su gobierno ha sido disfrutado sin interrupción por el partido socialista, desde los lejanos tiempos de Rodríguez de la Borbolla y Alfonso Guerra hasta la reciente coalición del Partido Popular, Ciudadanos y VOX.Durante tan largo periodo de tiempo nos han administrado desde Sevilla tanto los palacios de la Alhambra como las pistas de esquí de Sierra Nevada.Andalucía ha sido un fructífero semillero de votos para el partido socialista ya que al tener una extensa agricultura la política agraria común de Europa (PAC) estimó que para elevar su nivel de vida, que era el más bajo de España, necesitaba ayudas que se canalizaron como Planes de Empleo Rural (PER) y fondos de formación cuya realización, aparte de una deficiente administración que sigue rodando por los tribunales, facilitaba el control de la población rural, o no rural, que a través de los ayuntamientos facilitaba la acreditación de jornadas para la percepción de la prestación del desempleo agrario.Para dar cierto lustre al Estatuto éste empieza con un preámbulo en el que se reivindica la figura de Blas Infante como “padre de la patria andaluza”, un notario que, al parecer, terminó convirtiéndose al Islam, y que en 1883 intervino en la Constitución de la primera república española, la federal, que terminó con más pena que gloria.También el Estatuto andaluz recoge de Blas Infante la bandera blanca y verde y el escudo con la leyenda: “Andalucía por sí, para España y la Humanidad” aprobados ambos por la Asamblea de Ronda de 1918 y el himno publicado por la Junta Liberalista de Andalucía de 1933 en tiempos de la II República. El himno dice cosas que, como andaluz, me dejan perplejo, pues comienza diciendo que la bandera blanca y verde vuelve, tras siglos de guerra, a decir paz y esperanza a la gente de esta tierra.
La tasa de paro ha caído hasta el 14%, 1,3 puntos porcentuales inferior a la del segundo trimestre de 2018. En la Comunidad Valenciana, la tasa de paro se ha reducido y se sitúa en el 14,3%.
A la hora de expresarnos utilizamos cualquier medio disponible sin demasiada reflexión, casi como una reacción automática.
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