Quiero detenerme hoy en la insaciabilidad de los políticos de las comunidades autónomas que tan generosamente fueron favorecidas, al tiempo de la transición, por todos los españoles que -haciendo un acto de fe- consintieron tales favores con tal de que España creciera a la luz de una nueva etapa de su historia. Favores que pienso que no eran justos porque procedían de un “borrón y cuenta nueva” mediante el cual, a partir de entonces, TODOS los españoles seríamos iguales.
El transcurso del tiempo nos ha demostrado que todos los beneficiados, lejos de agradecer aquellas prebendas, siguen queriendo aumentarlas cada día, convirtiéndose todos ellos en bocas insaciables en perjuicio de las demás comunidades españolas. Con el agravante de que, en los gobiernos con políticas comunistas como el que tenemos ahora, esa boca pedigüeña se abre hasta el infinito porque saben que hay un ser siniestro en La Moncloa que necesita sus apoyos para perpetuarse en el poder con votos llenos de traición y podredumbre.
Prueba de lo que antecede, se ve con toda claridad en: A) la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado que sontotalmente irreales, injustos, insolidarios e hinchados por los cuatro costados, B) en el desequilibrio entre las autonomías y las provincias, y la desatención de los autónomos cada día más desprotegidos y ensituación más precaria, C) y, sobre todo, en el porvenir de los escolares, de la sanidad, de la economía en general y de las pensiones.
Con la complicidad de estos insaciables, España se encuentra a punto de entrar en cualquier momento en la UPCS (Unidad de perjudicados por el comunismo y el separatismo). Mediten sino cómo afectan estas revolucionarias políticas en las relaciones laborales, en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y en la incertidumbre de muchos españoles (con bastantes hipócritas callados) que contemplan con enorme preocupación el inmenso deterioro en el que nos encontramos.
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