Las noticias ya no nos llegan “rancias” como las que -con tanta seriedad como acierto- nos cuenta ABC de los tiempos de Maricastaña. En estas fechas, aunque no todas ¡vive Dios!, las vamos conociendo casi “al día”, tal es el signo de los tiempos. Las que ahora tocan, tratan preferentemente sobre los Presupuestos Generales del Estado de España. Y tengo la impresión de que los de 2022 van a ser una especie de sinfonía de la manipulación, de la injusticia y la mentira que sumirá a nuestro país en una escandalosa quiebra económica y social, como desean todos los que van a apoyar al cateto mayor del Reino, Pedro Sánchez, el traidor.
Porque las cuentas que están tratando de cuadrar estos ignorantes malintencionados, “hacen agua” por todos lados. Ni el capítulo de ingresos ni el de gastos merecen un ápice de credibilidad. Están hechos “a boleo”, quitando y poniendo cantidades sin “ton ni son”, como los que yo analicé en una empresa hace muchos años y que fueron un fiasco. Pero aquellos eran los presupuestos de un grupo empresarial, cuyos administradores actuaron con negligencia y perjudicaron a unos pocos accionistas.
Aquí se trata de los presupuestos de una gran nación como España, que merece que sus dirigentes actúen con limpieza y ecuanimidad en todos sus actos; dando un trato proporcional y justo a todas sus regiones o autonomías, sin tener en cuenta intereses bastardos o ideologías afines que condicionen su elaboración. Está visto, que este no es el caso. Solo con mirar el desequilibrio culpable entre Cataluña, y Madrid, las amenazas del que recoge las nueces en Vasconia y las presiones de los comunistas/socios del gobierno, el más tonto sabe que los presupuestos que se aprobarán deberían llamarse los Presupuestos de la Ignominia.
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