El bipartidismo se pelea, se insulta, se hace la cama mutuamente, se tira los trastos a la cabeza, pero siempre llegan a consensos que la mayoría ciudadanos de a pie ya no nos creemos, son falsos consensos. El bipartidismo ha logrado crear ciudadanos de primera y de segunda categoría en función de su lugar de nacimiento, con una evidente desigualdad en el ejercicio de derechos o el disfrute de oportunidades.
Estos cuarenta años de Estado Autonómico nos han dejado un país dividido en diecisiete pequeños Estados, un enorme caos administrativo, lazos afectivos debilitados y un país desigual. El Estado Autonómico se ha convertido en enemigo de la rica diversidad de España : una España sin distinciones ni fronteras internas es la mejor garantía de prosperidad y bienestar para todos.
España debe ser un Estado al servicio de la unidad que fortalezca los vínculos entre españoles, favorezca la solidaridad entre personas y entre territorios, garantice el funcionamiento de la administración y vele por el bien común. Creo que también es fundamental recuperar la vitalidad de los municipios : para ello, se han de promover lugares seguros de convivencia entre vecinos, creación de empleo e iniciativas vecinales.
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