Con motivo de los Premios Jaime I 2015, donde participan
como jurado 19 Premios Nobel, entre otras personalidades y expertos en las diferentes
disciplinas, ayer lunes tuvo lugar en Valencia un encuentro de debate con jóvenes
Dicho encuentro estaba dividido en 3 grupos, Economía, Biomedicina y Ciencias
De los 19 Premios Nobel pertenecientes al Jurado, 9 de ellos estuvieron presentes en
el grupo de Ciencias Básicas, donde destacaba la presencia del experto en Química
Atmosférica, y Nobel de esta disciplina en 1995, Mario J. Molina.
A este grupo de Ciencias Básicas, se unieron tanto el responsable europeo del
Programa de Climate-KIC “Pioneers into Practice” (PiP), Jose L. Muñoz, el Jefe del
Departamento de Degradación y Conservación de Suelos del CIDE-CSIC, Jose-Luis
Rubio, algunos pioneros valencianos, así como parte del equipo de Climate-KIC
El debate, donde se puso de manifiesto la necesidad en seguir invirtiendo en ciencia
básica y la importancia de trabajar de forma colaborativa con todas las disciplinas, se
alineó con la reflexión planteada por Jose L. Muñoz, sobre la iniciativa “Pioneers into
Practice” aplicada al cambio climático.
Según José L. Muñoz, responsable para toda Europa del programa PiP de Climate-KIC,
comentó la importancia de “la innovación socio-tecnológica para afrontar los retos
asociados al cambio climático, la cooperación de todos los actores implicados y la
formación de expertos multidisciplinares que permitan generar productos y servicios
para que la sociedad pueda hacer frente a este reto”.
El Profesor Mario J. Molina, el descubridor del agujero de la capa de ozono, se mostró
optimista poniendo a Europa como ejemplo de liderazgo en la lucha contra el cambio
climático aunque los estudios haga preveer un aumento de 5 grados al final de siglo,
instando con urgencia a trabajar en esta lucha para no vernos en la situación de un
punto de no retorno. Así mismo, reiteró que el verdadero cambio comienza por el
cambio de hábitos y estilo de vida de una mismo, y que aunque dispongamos de toda
la información y tengamos el lobby de la industria jugando en contra, si no asumimos
el cambio climático como un peligro real y propio, y educamos a la gente para
concienciarla no podremos hacer frente a este reto, aseverando “lo más peligroso es la
Por otra parte, el Profesor Jerome Friedman, Premio Nobel de Física 1990, apuntó que
se trata de un problema social del mundo occidental y que arrastra a otras sociedades
y grandes poblaciones como China, que quieren seguir nuestro modelo y estilo de vida.
Como apuntó el Profesor Sheldon Lee Glashow, Premio Nobel de Física en 1979, “el
hombre está llevando a cabo uno de los experimientos más emocionantes de la
historia!...hemos decidido desenterrar todo el carbono acumulado en el sustrato de la
Tierra durante millones de años, prenderle fuego y esperar a ver que pasa..."
Así mismo, el Profesor Edmond Fischer, Premio Nobel de Medicina en 1992, se mostró
realmente preocupado por el tema del agua, donde hay que seguir investigando ya
que no considera las desalinizadoras como una buena solución por su componente
contaminante y limitada capacidad de abastecimiento a la población. Es por ello que
animaba a los jóvenes investigadores allí congregados a “aceptar el reto de la ciencia”,
ya que “debe ser afrontada porque significará o la vida o la muerte de los próximos 100
años”. En este sentido, el Profesor Fischer dijo a estos jóvenes “La belleza de la Ciencia
es que nunca se sabe dónde termina”.
Volviendo al tema del cambio climático, el Profesor Molina, convencido que Ciencia y
Economía deben de comunicarse estrechamente entre otras medidas, planteaba poner
tasas a las emisiones de CO2 para disminuirlas. De esta manera, lo recaudado, aunque
para el consumidor final suponga un gravámen, al final podría ser utilizado por los
gobiernos para invertir en transporte e infraestructuras más sostenibles, haciendo más
atractivo para los ciudadanos utilizar el transporte público y otros servicios más
respetuosos con el medio ambiente.
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