Cuenta una antigua leyenda, que los titánes Mondoto (1962 m) y Sestarles (2101 m), se tuvieron que casar a toda prisa porque Sestrales se quedó embarazada de penalti... Con "sangre, sudor y lágrimas", consiguieron ahorrar lo suficiente para dar la entrada para un dúplex ajardinado en una zona residencial de Alto Standing en donde hoy se asienta el cañón de Añisclo. Cuentan que un día se fueron a pasear subiendo por el río Bellós hacia la Ripareta, Fuen Blanca y el collado de Añisclo. En estas, dicen que un gigante con olorosas rastas llamado Perdido, ocupó su choza. Al volver la feliz pareja y ver su palacio ultrajado, acudieron a la justicia.
Concretamente, presentaron una denuncia en el juzgado de primera instancia del coloso Soum de Ramond (3.259 m). Éste les participó que estos temas solían alargarse unos 300 años. Y que su consejo era que se buscaran un piso compartido, que no se les ocurriera cortarles el agua ni la luz y que no se presentaran en su vivienda. Al oír esto, del disgusto ella rompió aguas y perdió a la criatura. Entonces, Mondoto, perdió los estribos y se fue a las manos con el greñudo Perdido. Estaban los dos en plena faena cuando, la familia de ambos se unieron a la fiesta:” Ciarracils (2.180 m.), Cuello Gordo (2.185 m.), Collado Superior de Góriz (2.343 m.), Punta de las Olas (2.650 m.), Pico Punta de las Olas (3.002 m.) se liaron a guantazos".
En estas, los poderes fácticos llamaron a San Úrbez para que pusiera paz entre ambas familias. Pero, para cuando llegó éste y zanjó el conflicto, la orografía del lugar ya presentaba el aspecto que hoy posee. Como homenaje al Santo, dicen que la banca, la prensa y los barberos del lugar presionaron al Gobierno Central para que se construyera la ermita debajo de la piedra que hoy da comienzo al bello sendero. En realidad, dicen que esto fue lo que pasó y nada más...
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