La cumbre de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe (CELAC) se realizó el 18 de septiembre en la capital azteca. Para el anfitrión López Obrador se trata de un paso en la dirección de crear un organismo autónomo de toda la región al sur de EEUU frente a tidas las potencias del norte. Tanto Méjico como Bolivia quieren crear un organismo de contrapeso a la OEA, a la que ven como un ente manejado por Washington y que ha promovido la caída de los gobiernos constitucionales de La Paz y Caracas. Cuba y Venezuela, que son las repúblicas con mayor costa en el Caribe, rechazan a la OEA y sus dos presidentes fueron a la cumbre.
Maduro sorprendió al asistir a último momento a ésta lo que causó el retiro de Colombia, críticas de Paraguay y Uruguay, y justifica que Brasil sea el único país en no querer seguir siendo parte de ésta. Para Bolsonaro no es posible seguir en un ente con autoritarios, aunque él justifica los golpes militares en su país y en Chile.
El Presidente venezolano llegó con la confizande que en los días previos, en esa misma ciudad de México DF se había logrado que la oposiciòn le reconozca como mandatario y acepte participar en elecciones locales que él convoca, aduciendo que son las 29avas que se dan bajo el chavismo.
Esta cumbre ha acordado desde condenar al primer magnicidio que se ha dado en esta región en más de medio siglo (el de Haití) hasta continuar con la línea tradicional de hacer que ésta sea la única región plenamente desnuclearizada del planeta y en solidaridad con la demanda argentina por las islas Malvinas, Georgia y Sándwiches del Sur, en manos británicas.
La cumbre abordó la cuestión de la pandemia, la producción de vacunas nacionales y la coordinación para evitar que esta región haya terminado siendo la más castigada por la COVID-19. Si bien no hubo mucha discusión en torno a la OEA y su futuro, es claro que se viene gestando una contrafuerza contra EEUU en su "patio trasero". Dicha cita se dio casi al mismo tiempo de que se reuniese la cumbre del Grupo de Shangahi que une a las 2 repúblicas más pobladas (India y China), a la más extensa (Rusia), a 4 ex repúblicas soviéticas del Asia Central, a Pakistán e Irán para crear un contrabalance contra Washington, el cual une a la mitad de la humanidad y al 60% del territorio continental de Eurasia.
En ambos eventos se proyecta una orientación en pro de un mundo más multipolar. Tras la dura derrota de EEUU en el Afganistàn que ocupó durante 2 décadas, el Grupo de Shanghai reune a todos los vecinos del nuevo Emirato talibán, el mismo que va a buscar presionarle a que evite ser centro d eoperativos terroristas en otras naciones.
Si bien, en el caso de la CELAC, no tocó el tema afgano (así como del bloqueo a Cubva y Venezuela), es claro que los gobiernos nacionalistas de dicha región (como Méjico, Argentina, Venezuela, Perú, Bolivia, Nicaragua, Cuba y varias Antillas) van a querer sacar provecho de la nueva debilidad norteamericana para dar paso a una política de menor sumisiòn a la Casa Blanca y de más apertura a China (quien ya es el principal socio comercial de Chile y de muchas otras naciones sud y centro americanas) y a Rusia (la cual por primera vez tiene una fuerte presencia en el subcontinente sudamericano).
El debutante presidente peruano Pedro Castillo se destacaba por ser el único con sombrero, por sus discursos en favor de diferentes nacionalidades indígenas de su país y por querer decir que con gobierno el antiguo país de los incas iba a buscar buenas relaciones con todos los países, incluso con los que EEUU quiere sancionar y bloquear.
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