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Sáhara Occidental reconocido por España como territorio marroquí

Muchos españoles olvidan que el Sáhara Occidental ya fue reconocido por España como parte inseparable de Marruecos
Luis Agüero Wagner
viernes, 16 de octubre de 2015, 05:30 h (CET)
Quien conoce la gran influencia de la religión en los liderazgos políticos del mundo musulmán sabe que es imposible desconocer el papel de una autoridad religiosa en esos países.

Reconocer como líder religioso a una personalidad equivale a reconocer su liderazgo político, más aún en Marruecos donde el rey es considerado comendador de los creyentes, es decir, máxima autoridad religiosa del islam. Pues los documentos revelan, en este contexto, que España reconoció siempre a Marruecos como dueño del Sáhara Occidental.

Un despacho de la Alta Comisaría de España en Marruecos, fechado en Tetuán el primero de diciembre de 1937, disponía que los musulmanes de Ifni, Sáhara español y Río de Oro eleven sus plegarias de rigor al Jalifa Mulay El HASSAN Ben el Mahadi Ben Ismail, en su calidad de Iman.

Se establecia también que dicha disposición debía cumplirse a partir del primero del mes de Cahaual, fecha en la cual los musulmanes celebran la Pascua del Aid El Senuir del año 1356 de la Héjira.

El argumento de que la autoridad religiosa no confiere autoridad política puede rebatirse con facilidad comprobando lo mucho que la religión sigue estando presente en estos países y en todo el mundo musulmán.

La historia de Marruecos recuerda que bajo el reinado de los saadíes (1554-1650), dominó completamente tanto el Sahara occidental como el cinturón del río Níger, hasta donde se extendió su autoridad hasta el siglo XVIII. En esos tiempos, tanto en Gao como en Timbuktu, las plegarias de los días viernes se realizaban bajo la supervisión del sultán marroquí.

El sultán Moulay lsmail (1672-1727) designó a los gobernadores de Touat y Teghaza y al emir de Trarza quien era uno de sus vasallos. Hacia finales del siglo XVIII la investidura de este emir estaba bajo la responsabilidad del sultán marroquí.

Todavía hoy, en pleno siglo XXI, muchas poblaciones de las márgenes de ese río consideran al rey de Marruecos como el Comendador de los creyentes.

En el siglo XIX, Francia sacó ventaja de la decadencia marroquí; tomó parte del Sahara marroquí y lo anexó a Argelia. A principios del siglo XX, esta tendencia se intensificó y España capturó todo el sur de Marruecos, desde Tarfaya en el norte hasta el territorio francés de Mauritania en el sur. Durante el coloniaje de estas potencias, la autoridad marroquí sobre el territorio del Sáhara siguió siendo reconocida por el Alto Comisario y las autoridades españolas, como lo demuestra el documento citado.

Muchos españoles hoy pretenden desconocer lo que está escrito en los mismos documentos oficiales de sus antepasados, demostrando el doble rasero hipócrita implícito en la mentalidad colonialista de españoles y franceses.

Ortega y Gasset escribió a propósito que las acciones europeas en Marruecos “invitan a la amargura y claro está que a la protesta más severa. Francia en Marruecos es un triste ejemplo de hipocresía europea: mientras los pueblos que acaudillan los movimientos superiores de la cultura parecen haber llegado a una sensibilidad ética exquisita, buscan en las afueras del continente, espacios semioscuros donde operar, según los antiguos instintos ».

Lo mismo podría decirse de aquello que algunos españoles escribieron con la mano y hoy otros pretenden borrar con el codo, aunque ello implique perpetuar una tragedia sosteniendo mentiras sobre el problema del Sáhara Occidental.

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