Desayuno Europa Press. Nueve y media de la mañana. Auditorio Meeting Place, Paseo de la Castellana 81. El número 81 del paseo está impreso en unos exaedros grandes. Hay varias entradas. Por inercia, seguí a dos periodistas conocidos que me llevaron a una de las puertas. La pasamos. Dentro, el cartel de la agencia de noticias junto a la escalera de bajada: Europa Press. Dos diputados de Ciudadanos hablaban entre ellos ¿Esto es el BBVA? No oí la respuesta, sí una voz desconocida, que, profética, recitó en voz alta “Los liberales en la menos uno”. Bajamos. En pie, desayunamos zumo de naranja, brocheta de uvas, brioche, croissant y café. En el auditorio, un asiento del final para, si fuera el caso, evitar ataques de elocuencia o rollos mañaneros. No los hubo. En el salón estaba, y se iba antes de empezar, Martínez-Almeida, alcalde de Madrid. Parabienes, cejas alzadas, guiños. Y colleja de un colega señalando a tres mujeres del estrado. Sentadas tras el presidente Ejecutivo de Europa Press, Martín de Cabiedes, que abría el acto, estaban dos políticas en horas bajas, Inés Arrimadas y Begoña Villacís; y la periodista Cristina de la Rica que sustituía a Javier García Vila. Tras Martín de Cabiedes, Arrimadas presentó a la ponente. Diez minutos malos, para olvidar. Usó las tesis del Albert Rivera preliberal y posdemócrata (Venimos de la sociedad civil, hemos trabajado en la empresa privada, etc.), para poner en suerte o desgracia a la vicealcaldesa de Madrid. Tuvo un toque maternal con el que envolvió a la vice y se enroscó ella: “La caía de Whatsapp fue un alivio y pudimos dedicar tiempo a nuestros hijos”. Absurdo. Tanto que el gesto del portavoz de C’s en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, se desfiguró. Más que un poema torvo, fue una trova muda, que anoté usando unos versos adulterados de Zorrilla: ‘Doña Inés del alma mía y la firma de don Juan. A ver cómo firma esto la señora’. Villacís lo tenía difícil. Tras el verano y acabando la pandemia, debía plantar cara. Desde C’s y personalmente. Requiebros en el Palacio de Cibeles. Fidelidad recíproca con el PP (venia matinal Martínez-Almeida incluida), pero marcando distancia con VOX. Enfrente de PSOE, UP, Más Madrid y de lo que pulula alrededor. Comparación del ayuntamiento con el anterior, de Carmena. Crítica en un liberalismo enfatizado, de conversos. Herencia en el ayuntamiento con datos: viviendas construidas, precio de alquileres, impuestos, atención a necesidades. Después, sin detalles escabrosos, Operación Chamartín y Madrid Nuevo Norte. Sin mención al negocio BBVA, ni a los cambios habidos en el tiempo. Ni a la conducta de Adif-RENFE, en épocas de Gallardón, Botella y Carmena. Como final, anuncio rutilante: Operación Madrid Nuevo Sur, “una gran operación urbanística que cambiará la cara al sur de la ciudad”. Aplausos, tímidos. Después, Cristina de la Rica: periodista. Punto y aparte. Porque la periodista sacó todo lo que había, y más. Sobre Ciudadanos en Madrid y en el resto de España. Sobre su realidad y posibilidades de futuro. Aunque la vicealcaldesa no lo viera y los demás no supiéramos cómo: lo hizo. Profesionalidad. Preguntas con réplicas preparadas. Cortés pero sin el servilismo de los jefes o aspirantes a serlo que someten el interés a cualquier cosa (mejor no entrar en detalles). Una tras otra, valiente, fue sacando las cuestiones importantes. Podría entrarse en ellas, (pueden verse en la información que facilita Europa Press). Pero hubo una pregunta, al final y muy suave, por la que Villacís, confiada, se deslizó. Rehagamos en lance, fiando en la memoria. Pregunta sobre su futuro personal independiente, cerca del PP, con Vox en Cibeles o en otro sitio. Había tiempo para una respuesta airosa, pero Villacís no la encontró. En su lugar, una declaración que define su posición y, acaso, la de una buena parte de sus compañeros de partido: ‘En el futuro, estaré donde el liberalismo decida’. Ni en C’s, PP, o en coaliciones. Donde el liberalismo decida. Con ello, asomó un pasado liberal ya conocido: el que salió de UCD y, sin Joaquín Garrigues, deambuló hasta aterrizar en la Coalición Democrática que articuló Fraga en torno a Pedro Schwartz, antes del PP. Andrés de la Oliva, Bravo de la Laguna, Arruti, Luis María Huete, José Antonio Segurado, Evaristo Amat, Jesús Galera, Ramón Aguirre, Esperanza Aguirre… La lista, larga, es pasado. Pero en el PP hay hoy una representante liberal, confesa y en ejercicio, que, como en otra época, puede ser referencia para enganche de los (¿liberales?) desgajados de Ciudadanos: Cayetana Álvarez de Toledo. Con Pablo Casado fue portavoz en el Congreso de los Diputados, ha seguido, semidefenestrada, en la bancada popular y ahí sigue, opacada, a la sombra de Gamarra. Villacís contestó rápida, pero, dadas sus tablas, situación y preparación del acto, su respuesta, supuestamente improvisada, puede no serlo ¿Ingenua patinó por la pendiente que tendió la periodista; o, astuta, buscaba acomodo para sí y compañeros, mártires en Ciudadanos, en el piso de abajo del PP? Con la realidad de C’s en el panorama nacional y la situación de Cayetana en el PP, la opción es posible. También el destino, (¿?), que una voz desconocida, profética, recitó en voz alta antes del Desayuno Informativo de Europa Press: “Los liberales en la menos uno”
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