“Las personas libres jamás podrán imaginar lo que los libros significan para quienes vivimos escondidos”, Ana Frank
Qué sabia fue Ana al decir esas palabras, seguro que instantáneamente habéis recordado la historia y el horror por el que tuvo que pasar Ana Frank, pero no hay que trasladarse muy lejos para poder dar significado a esa hermosa frase. En la actualidad vive mucha gente encerrada tanto física como psíquicamente, y cuando tu cuerpo no puede abandonar la cama por una enfermedad o se encuentra debilitado por la edad, los libros son ese paraíso a donde todos queremos llegar, porque ellos nos dan la libertad para volar y vivir mil vidas, viajar, soñar con otros mundos, dejarnos llevar por la palabra hecha poesía.
Pero las ataduras físicas no son las únicas que nos mantienen presos, nuestra mente es un ser, a veces maravilloso, y otras veces, escalofriante, asustadizo, pesimista y trágico. Nuestra mente, puede dejarnos libres, o encerrarnos en una cárcel de gruesos barrotes de la que no podemos escapar, y, queridos amigos, esa es la peor oscuridad a la que alguien se tiene que enfrentar, porque es una lucha contra uno mismo en la que solo hay un vencedor, pero luchar por la libertad en ese caso, es difícil, ya que, normalmente no existe ni tan siquiera un resquicio de luz por el que puedas escapar.
En estos casos, los libros, no solo dan libertad, también salvan vidas
Hace poco llegó a mis manos uno de los poemas extraído del poemario “Como cartas escritas”, de la escritora costarricense Ligia Calderón, publicado por Ediciones Kuelap, Perú, bajo la dirección de Elías Mondragón Herrera, un excelente profesional que sabe buscar hermosas joyas entre la literatura.
Al leerlo, no solo descubrí a una autora sensible, sino a alguien que con su poesía deseaba liberar de la oscuridad a esas personas que lo necesitaban, tender una mano amiga y expresar todos sus sentimientos para ayudar a ver esa luz que ella ve cada día. Me interesé tanto que leí todo lo que pude encontrar sobre ella, entonces descubrí que no solo escribía, sino que pintaba igual de bien.
El 17 de octubre del 2021, tuve el gran honor de asistir como invitada a la presentación de su poemario “Como cartas escritas”, al evento asistieron escritores, periodistas, músicos y grandes artistas que recitaron algunos de sus poemas, entre ellos yo, algo que agradezco enormemente a Carlos Jarquín, ya que, aparte de ser el prologuista de este precioso y emotivo poemario, también ha sido, como siempre, nexo de unión de todos nosotros, quien hizo que mediante zoom, se reunieran invitados de dieciocho países. También me gustaría destacar la labor de Yared Ayala por su excelente trabajo como moderadora, porque nada sería igual sin su alegría y sus palabras.
Comparto el enlace en el cual podrá mirar el vídeo de la presentación de este libro: https://youtu.be/mF12QGlU2u8
Pero esta presentación no ha sido como las demás, la música se ha hecho muy presente con el pianista nicaragüense Bayardo Quinto Núñez, la violinista Zayda Quinto Calderón por supuesto, la guitarrista costarricense que acompañó toda la velada y puso música a los poemas que leíamos, Madeline Ramírez Méndez, a ella tuve la oportunidad de preguntarle que si hubiera podido tocar una pieza completa de cualquier canción, ¿Cuál habría tocado que se identificase mejor con el poemario Como cartas escritas? Ella me respondió:“Me identifica la canción What the wonderful world, tanto por la música que te transporta a recordar las cosas lindas de la vida, como también la letra, pues sus palabras detallan lo bonito de vivir”.
Entre los invitados se encontraba el columnista internacional José Luis Ortiz, así que aproveché después y le pregunté sobre su próximo estreno que tendrá lugar también con Ediciones Kuélap, Puente en la Niebla, en el que tendré el honor de ser prologuista. José Luis quiso adelantar esto: “Mi novela trata de personas de carne y hueso, sencillas. Una historia que habla de decisiones, pues los muros no mantienen a los demás fuera, sino dentro de uno mismo. Podemos pasar la vida levantando muros o saltándolos, pero nosotros somos los que decidimos”.
En la presentación, hubo también momentos muy emotivos por parte de las hijas y el marido de Ligia Calderón, por lo que no quise perder la oportunidad de preguntarle que, si su marido fuera un poema de su poemario, ¿Cuál sería? Ella me dio las gracias por mi interesante pregunta y contestó: “Si las personas fueran poema, mi esposo sería Dulce reposo”.
Y con este dulce reposo os dejo y os animo a que compréis su hermoso poemario, un frasquito de preciosos versos que curan el alma.Para adquirir esta antología, podéis hacerlo por Amazon. En el siguiente enlace podrá mirar un vídeo en el cual la poeta Ligia, menciona el nombre de todos los que la acompañaron en la presentación de su poemario: https://youtu.be/Yt_51afn6Gw
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