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Ese corazón está puesto muy lejos concurren expedicionarios. Resarce el aire cerca del oro. Me las vi con uno que más que como yo
era en efecto yo viéndoselas conmigo. Tan intrincada como lúdica resultó la finalmente para nada excepcional contienda de resultas de la cual redacto ahora este sosiego.
El relámpago de la perspicacia en la soledad donde la incitación del instante adorado, agradecido, cunde con el niño en el páramo aurífero de su pecho de institutriz.
Aribela no quiere depender de su marido así que depende de su comisionista de bolsa. Acaropita no quiere depender de valeriana, hierbas aromáticas y tiernos yuyos de impreciso encanto, así que depende de bencedrina, apomorfina, peyote, bannisteria, caapi, barbitúricos y cortisona cuando se la inyecta endovenosamente.
El trineo chirrió y el barín arribó atrás el sueño, las verstas y el sopor helado de la estepa y las medidas de aguardiente de los cocheros y otra vez el sueño en menudos copos.
Creo que le matarán, con la mirada cruel, los puños alzados, quieren sacarle la vida, y es fácil, pues está solo y no sabe defenderse.
Expeditivo, lo trabaja. A sus requisitorias no me presto: sí me vendo, 1000 pesos por un rato. Indaga mi culo y obtiene el vencimiento de su interés. Menos cerca del pavo real que del pavote, me pavoneo. Me pavoneo cercado por pavotes y pavos reales. O me falta o está flojo un tornillo. Mi conciencia de que falta o está flojo un tornillo no me falta, y mi empeño en el registro substancioso de que falta o está flojo un tornillo no está flojo.
Inspirado mi amigo cumple en mi culo su misión mientras en el espejo del adusto roperito de mis padres se incentiva vigilando su propio culo.
Lo estamos comprobando con creces, hay días que son… TÉTRICOS. En los que no basta con la oscuridad o los nubarrones, las tinieblas adquieren rasgos insoportables, acumulando tragedias sin escrúpulos. Su peso aumenta por momentos, pesan las entrañas, pesa la respiración y nos abruman las presiones ambientales.
Con guita cantaría otro gallo. Retocado aquí y allá acentuaría mi vigencia. No daría tregua ni la mangaría...
Fui perseguido en un sueño libertino por tu mamá. Fui alcanzado en un sueño libertino por tu mamá...
No utilizaré el vocablo “saltar” para describirles alguna vez lo que realicé descendiendo del techo del placard de Lidia y Esteban hasta la alfombra a un lado de la cama matrimonial. “Saltar” es lo que ejecuta un gato cualquiera para descender, previsiblemente, del techo
del placard de un matrimonio hasta la alfombrita al lado de una cama.
“El Universo es expresión 'Pohética', Teatro, Música, Danza, Pintura, entre muchas Artes más, y es la clásica manera y/o forma ante y pre antigua excepcional en las artes, como una expresión de sentimiento que ha donado a todos (as) espectacular evolución a lo largo de los años”.
Animal cuida en esta borrasca cruel.
Esto no puede estar sucediéndome, acabemos, señores, con esta insurgencia. Esta bella espada medieval no puede estar atravesándome de lado a lado.
No me gusta el amor romántico, o al menos no me gusta que excluya otros tipos de amor. Querer definir un sentimiento tan grande con una palabra tan pequeña, me parece… abrumador.
Ven, ven aquí. Porque sé que te duele a ti, pero si quieres, puedes descansar en mí.
Entre estimados nos turnamos para espiar tu libro entre congéneres nos espiamos por riguroso turno...
El pasado es una senda, que en el alma se almacena, igual alegra que apena y dormita en una agenda.
Amo el olor a café por la mañana, cuando entra por la puerta de mi habitación e inunda con su aroma cada rincón mientras yo sigo enredada en las sábanas.
La escritora hondureña Indira Flamenco es licenciada en Letras con Orientación en Literatura, egresada de la Maestría en Literatura Centroamericana. Gestora cultural y promotora de eventos literarios. Constructora de versos y de múltiples utopías en los cuales se busca la equidad, la configuración cultural y la justicia, su obra poética ha sido compilada en diversas antologías.
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