Los graves problemas que afectan las zonas rurales pudieran agudizarse y escapar a todo control si no se logra invertir la tendencia de incremento del desempleo y el subempleo entre sus habitantes.
Economistas internacionales de reconocido prestigio reconocen, dadas la escala y la irreversibilidad del proceso de urbanización y la crisis agudizada por el COVID y sus secuelas, que es el desarrollo del empleo rural una de las claves para resolver los problemas que se plantean en la actualidad y en la que tienen que ver mucho sus ayuntamientos. Son los actores sociales a nivel zonal y de municipio los disponen de más recursos que lo que por lo general se piensa.
La constitución de alianzas locales, en que participen alcaldes, sindicalistas, empresarios, grupos comunitarios y otras entidades, es un primer paso indispensable para movilizar el potencial de generación de empleo en dichas zonas.
Justo lo contrario que está haciendo Ricla, una de las poblaciones importantes de Aragón con algo más de 3.000 habitantes y que una reciente la aprobación de unas nuevas ordenanzas precisamente lo que hace es poner en serio riesgo nada más que 3.000 puestos de trabajo y la nada despreciable cantidad de 4 millones de euros de ingresos en las arcas de la Seguridad Social, ingresos por otro lado vitales para la situación que vivimos.
Si se quiere que algunas poblaciones se conviertan en centros de progreso económico y de civilización, y no sean presa de las desigualdades y la miseria, habrá que crear puestos de trabajo para sus habitantes. Solo el empleo productivo puede romper el círculo vicioso de pobreza urbana que se está arraigando, no lo contrario.
Rícla la cuna de la cereza, el paraguayo, el higo, la almendra y el ganado que quedaría a su suerte por no poder pastar. Seguramente será la ignorancia de posiciones tan temerarias como las aprobadas en Pleno en el Ayuntamiento de Ricla y por ello creo que es preciso aclararlo en este artículo. Esta población que produce más de 4 millones de kilos de fruta y que el 50% se exporta a China, Emiratos Árabes, Singapur ,Malasia, Francia, Reino Unido arriesga todo ello con la aprobación de la nueva ORDENANZA REGULADORA DE LOS APROVECHAMIENTOS EN LAS PARCELAS PATRIMONIALES DEL MONTE DE RICLA (ZARAGOZA, pendiente de publicación en le B.O.P.
La única zona de España que dispone de una variedad de higo, gracias a un microclima, de la que su producción mundial es sólo un 5 % de toda la producción mundial de variedades del mismo y que sirve se seña de identidad en el mundo. Una marca de Aragón que sirve de visualización y de prestigio para el mundo y que hace que sea una referencia internacional.
Todo ello en peligro por una simple ordenanza, que poco puede beneficiar y si mucho perjudicar, quizás sea preciso valorar la misma y porque no revisarla, pues ya se sabe que rectificar es de “sabios”. Aún se está a tiempo de rectificar, antes de un desastre de tamaña magnitud.
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