Con las recientes noticias del constante incremento en la factura de la luz, son cada vez más los conductores que se preguntan cómo afectará esta situación al precio de la carga de coches eléctricos. La realidad es que, pese a que siguen siendo más rentables que los vehículos tradicionales de diésel o gasolina, en el último año se ha producido un aumento medio del 28,6% en el precio de recarga, según datos de la asociación de consumidores FACUA.
“La subida de la factura de la luz no es más que una traba ante el reto de la descarbonización que está provocando un significativo encarecimiento de la movilidad sostenible” afirma Marcos Moure, propietario y fundador de Grupo Moure. En este sentido, la foto actual no es nada prometedora para que la movilidad eléctrica pueda convertirse en una realidad: se venden pocos coches eléctricos, sigue habiendo unas infraestructuras escasas y un precio de la luz cada día más caro.
La factura de la luz en España no ha dejado de subir en todo el año, con el precio de electricidad en el mercado mayorista batiendo récords cada mes. De este modo, si bien el propietario de un vehículo eléctrico pagaba en febrero unos 1,3 euros en uso nocturno de recarga, con los cuales podía recorrer unos 100 kilómetros, en septiembre la media era de 3,4 euros. “Se están estimando sobrecostes en la recarga de los vehículos que podrían rondar los 300 euros anuales de media, provocando que también la amortización de un vehículo eléctrico tarde más. Según datos publicados por FACUA, en el último año se ha producido un aumento medio del 28,6% en el precio medio para la recarga de un coche eléctrico”, detalla Manel Montero, director general de la compañía. Esta problemática, provoca que, a la hora de tomar la decisión de comprar un vehículo, las familias se hagan demasiadas preguntas en un escenario económico en el que ya van a tener que afrontar un sobrecoste energético en el hogar durante el invierno. Pese a todo, el coche eléctrico sigue gastando menos “El incremento continuo que está sufriendo la luz”, enuncia Montero, “está poniendo en duda los posibles ahorros que tendrían los usuarios de los coches eléctricos respecto a los combustibles”. Si bien es cierto que un vehículo de cero emisiones tiene un precio de compra superior al de un vehículo de combustión, el gasto en repostaje y/o recarga sigue siendo menor en el primer caso.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), estableció una comparativa para constatar este hecho. En su supuesto, se tomaba de referencia un usuario que completa 10.000 kilómetros al año en un vehículo de gama media. Según sus estimaciones, para alcanzar esta cantidad un coche de gasolina consume 700 litros, un diésel 600 litros y un vehículo eléctrico aproximadamente 2000 kWh en una recarga nocturna en horario valle y bajo tarifa PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor). Teniendo en cuenta el precio de finales del mes de septiembre, la forma de repostaje que ha experimentado una mayor subida respecto a 2020 es la recarga eléctrica (260 euros más), por encima de la gasolina y el diésel, que experimentaron un incremento de 181 y 131 euros, respectivamente. Sin embargo, incluso tomando como referencia datos de la luz en el peor escenario posible, sigue siendo más barato recargar un coche eléctrico, ya que su coste anual sería de 447 euros, por 775 euros del diésel y 1.006 euros de la gasolina.
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