Se rieron de aquel poeta por ser un gran soñador, lo gris convertía en blanco, lo negro mezclaba con gris, y al azul le sonreía y al rojo le lloraba, el verde adoraba y el crema lo relajaba.
Era un ganador, pero escribía poesía y se rieron de él, pero no le importó demasiado y siguió con su pluma y su papel. Era sólo un hombre que disfrutaba escribiendo y nada le importaba.
Le llegaron a admirar al ver que no le importaban las críticas de los demás. Por eso ahora cree que en el mundo es posible cambiar los rumbos, los destinos y las ideas.
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