Admitiendo la diversidad de formas de pensar como un rasgo natural de los humanos, las actuaciones diarias se producen con claras influencias comunitarias. Este carácter plural exige la consideración de las proposiciones absurdas cargadas de actuaciones antojadizas sin requerimientos ajenos. Con idéntica fuerza estará presente la cualidad del razonamiento aplicada tan irregularmente. En ambos casos, sometidos a los avatares propios de la vida, con el reto subsiguiente de aminorar los efectos perniciosos, también con la perspectiva de los múltiples enfoques. El mínimo sentido de orientación evita los perjuicios injustificados sobre determinadas personas; se refleja en los ambientes generados en torno a las eventualidades del momento.
Estamos en plena experimentación de las penalidades originadas por las cepas víricas actuales. Ante sus embates, echamos mano de cuantos recursos disponemos hasta el momento. Siendo uno de los principales la SENSATEZ DISCRIMINATIVA para deslindar las meras frivolidades de lo conocimientos adquiridos. En la manera de aplicar esta conducta cualitativa radicarán los mejores resultados.
Puestos en estos términos, la emergencia de puntos de vista dispares será lógica, pero pide a gritos una armonización equilibrada, al tratarse de un enfrentamiento con una seria amenaza como la de una epidemia vírica de graves consecuencias. Uno puede verlo todo como pinturas caprichosas, pero no se trata de eso; las exigencias han pasado a otra fase. Ya no hacemos referencias a expresiones espontáneas aisladas. La cantidad de personas involucradas requiere un respeto a su dignidad, afín con los riesgos aparecidos en el ambiente. Si la ligereza de ciertos individuos perjudica a los demás, entran en juego cuestiones aplicadas a los procedimientos de control y métodos reguladores.
Lo expreso también de esta otra manera, en clara referencia a las divergencias sociales detectadas:
ESPERPENTO PANDÉMICO
Rotundo y expresivo Al expresar sus verdades. Acaso no nos enteremos de nada Saturados de informaciones, Con acciones programadas Y penosas previsiones. Salgan a pasear O contemplen cualquier Avenida concurrida. Ni la nieve Ni el rubor Consiguen aplacar Las enormes ansias. Abunda el discurseo Con bravo empuje, Simulando el cacareo El mejor argumento Para vacunarse Es la fiesta en lontananza. Tenga ganas de salir a la intemperie Con frialdad o calor Al abrigo lapidario Inactivando neuronas. En efecto llueven mentiras, Pero estamos insatisfechos, Añadamos nuevas falacias Con escasas inventivas. Para el virus olvidar, ¡Que tiemble el virus Ante tanto prepotente! A este paso La razón Es la sinrazón Puesta de largo. Después de una mirada a la afluencia de avenidas, aeropuertos, celebraciones, terrazas de bares, restaurantes o variadas manifestaciones; resultan demoledoras las cifras de infectados, ingresos hospitalarios, con la gravedad de los recluidos en Cuidados Intensivos y aún sin contar con las secuelas a largo plazo. Algo no encaja en esta distribución demográfica. Las vacunas, tratamientos, mascarillas indican unas determinadas direcciones, pero las conductas parecen exaltadas por ansias diferentes.
No digamos si además pretendemos enlazar las directrices emanadas por comunidades o países. Se etiquetaban de modélicos los despropósitos de hoy (Alemania) o las falsedades introducidas en las cuñas institucionales. Junto a lo referido surgen verdades, cómo no, siempre muy adaptadas a la corrección política del momento. Si añadimos las actitudes populares, deseosas de una liberación coherente con su grado de satisfacción; el galimatías va adquiriendo dimensiones importantes. A la espera de que el virus se torne comprensivo o entremos en otra fase discursiva. Por el momento, el ensamblaje de las piezas se resiste.
Me inclino a expresarlo con otras palabras. Estamos bien, pero estamos peor. Porque estábamos mal, pero era mentira. No como ahora que estamos bien, pero es mentira. En clara referencia irónica con la fraseología de Cantinflas; porque ofrecemos unas perspectivas con distorsiones clamorosas. Acaso el entendimiento de los comportamientos en ebullición se explique con mayor acierto bajo otros razonamientos.
En el panorama subyace una presumible presencia de sujetos con otras apreciaciones de cuanto sucede, con otras pautas de comportamiento también. Enfrascados todos en la misma tormenta, el desenlace de la aventura no coincide según las versiones de los expertos divulgadores. Habremos de continuar con las pesquisas para apoyarnos en alguna tabla flotante y con los consuelos particulares acumulados en recetarios ancestrales, cargados de intimidades entrañables.
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