El ministro de Consumo ha gastado más 80.000 euros, de los depauperados bolsillos de la Hacienda española, en una campaña para decirnos a todos, todas y todes, que próximamente va a promulgar un decreto para que los juguetes de los niños, las niñas y los niñes sean todos iguales. Además de esa escandalosa cifra, hay que añadir otros 20.000 euros para pagar a los medios que difundirán esta majadería.
Aduce, como es natural, una serie de lerdas consideraciones que retratan muy bien a este siniestro personaje, aunque ya sabemos hace mucho tiempo cómo se las gasta. Pues yo me voy a permitir, Sr. Guasón, decirle lo siguiente: como no tengo ya nietos en edad de recibir estos artilugios creados para el deleite de las edades más tiernas, y solo tengo dos bisnietas de esas edades, no le voy a hacer “ni puñetero caso” y recomendaré a los Reyes Magos que hagan lo mismo que yo.
Parece mentira que un ministro (aunque sea de este calibre) se ocupe (además de perseguir la carne) a tamañas sandeces, como si la humanidad per se no fuera capaz de conducirse sin la implantación de tantas y absurdas medidas contra toda lógica. ¿Pretenderá el Sr. Guasón que a las muñecas les pongan un gran bigote? ¿Yque, a los camiones de juguete, le pongan un lazo rosa en la cabina? ¿Así no serían sexistas los juguetes? ¿O serían bisexuales, a gusto del ¡¡¡ministro!!!?
Cuando me he enterado de que el Sr. Guasón se ha “fundamentado” para esta cuestión en un “estudio” que lleva un “departamento” en manos de Unidas Podemos, el llamado Instituto de Mujeres del ¡¡¡Ministerio de Igualdad!!! y que quieren hacer “promoción” o “ruptura de estereotipos” y “roles de género” lo he visto muy claro. Este tío está p’allá totalmente y no hay que hacerle mucho caso. Ahora, en serio: ¿A cuántos empresarios habrá arruinado ya este tío?
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