No faltan quienes piensan que las elecciones de Castilla y León serán la confirmación de un nuevo ciclo político que dará continuidad al iniciado por Díaz Ayuso en mayo pasado. Falta por saber si Andalucía seguirá los mismos pasos convocando elecciones, aunque en esa comunidad no parecen existir indicios de traición. Sí una colaboración y concordia que para sí quisieran otras comunidades autónomas o el propio Gobierno central donde pintan bastos, se cuecen envidias y trasluce descoordinación desde que Félix Bolaños traicionó a Iván Redondo con la aquiescencia de Pedro Sánchez.
Mientras Mañueco ha movilizado a la plana mayor del Partido Popular para dar a entender que su formación se preocupa por León y por Castilla, Luis Tudanca esconde a Pedro Sánchez porque puede destrozarle la campaña con mentiras, bulos y falsedades. Las políticas socialcomunistas han olvidado a comunidades como la que preside Fernández Mañueco, a lo que se une la insensatez del ministro comunista sobre la huelga de juguetes, el rechazo a la carne, el juicio ignorante sobre los chuletones y las macrogranjas que, dicho sea de paso, da a entender que nunca ha visitado una porque, de lo contrario, hubiera sabido que le caería la del pulpo.
El Gobierno de Sánchez pasa de esta tierra, como lo viene demostrando. Debería explicar cuánto dinero ha perdido España en ayudas europeas por la negligente gestión gubernamental. Lo mismo ha sucedido con la agricultura en lo que se refiere a la PAC; una mala negociación y un desconocimiento del tema nunca puede dar lugar a una buena compensación. Ahí tienen a Félix Bolaños que, en vez de aportar soluciones, pide que sean las vacas quienes hablen para que digan la verdad. Debe ser que las vacas saben más que el comunista Garzón, aunque, visto lo visto, a poco.
Puestos a decir insensateces en campaña, Bolaños se lleva la palma. Ha venido a cubrir el expediente cual «perrito faldero» del presidente. Tudanca (el candidato, que no la vaca ni la población cántabra) debería de haberle parado los pies ‘ipso facto’ y hacerle ver que las vacas no están para hablar en campaña electoral, además de que la ciudadanía merece que se hable de Castilla y de León, una comunidad cosida con alambre y muy mal hilvanada: no se entienden las comunidades uniprovinciales, como no se entiende el antiguo Reino de León junto con Castilla. Cosas de políticos y de intereses. Supongo que algún día lo explicará Martín Villa en sus memorias.
Puestos a hablar de ayudas a la agricultura, me avergüenzo al estudiar los datos y comprobar que con este Gobierno socialcomunista vamos a peor con la Política Agraria Común (PAC). Ya hace tiempo que nuestros agricultores y ganaderos se llevan las manos a la cabeza por la negligente gestión socialista y comunista. De los 895,4M que recibió Castilla y León en 2019, tras Andalucía que recibió 1.378,9M, hemos pasado a 879,3M en 2020, siendo Salamanca la que más recibió y Soria la que menos.
Y vamos a peor porque en 2021 tan sólo se han recibido 808,5M, con un abanico desigual que abarca desde los 137M que recibió Salamanca hasta los 58,7M que se repartieron en Segovia. Esas abarcan las relativas al Régimen de Pago Básico, Pago Verde, Jóvenes Agricultores, Régimen de Pequeños Agricultores y la Ayuda Asociada Voluntaria.
Veremos lo que llega en 2022 porque la negociación ministerial con Europa ha sido para echarse a llorar. Añadan la tropelía de Garzón, la defensa que de él hacen todos los comunistas apesebrados, el silencio de Sánchez y las sospechas de engaño de la Comisión Europea. Confío en que la tormenta nos coja a cubierto porque de lo contrario las vamos a pasar más puñeteras que en vendimia.
Tanto las elecciones de Castilla y León como las presumibles de Andalucía deben ser el cobro del desastre económico y el cambio de ciclo. Deben empezar a pagar Pedro Sánchez «El mentiroso» y Luis Tudanca, su «chico de los recados» en Castilla y León. Es imprescindible huir de las políticas socialistas, al menos es lo que decía ayer un ganadero: «El voto a Tudanca y al representante de Podemos --que desdeña León para garantizarse escaño por Valladolid-- es una patada en los bajos a Castilla y a León».
En fin, ansioso estoy por ver si Unidas Podemos suelta a Garzón en campaña electoral para que explique si la cunicultura (crianza del conejo) y la helicicultura o cría de caracoles terrestres comestibles con fines comerciales, forman parte de las macrogranjas que tanto desconoce y con las que ha optado por «sostenella y no enmendalla».
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