Se ha hablado de cantidades ingentes de dinero de los fondos europeos, pero nadie habla de los recortes que esos fondos han sufrido y los que pueden sufrir por la falta de transparencia y tergiversación. Ni siquiera lo han hecho los medios parasitarios, ni los periodistas mercenarios del Gobierno. Éste tiene aún alrededor de 11.000M sin licitar, incluso desconoce dónde están, como desconoce la cantidad que han recibido las empresas, si es que en algunos casos los han recibido.
Eso me recuerda, aunque a otra escala, a la famosa FAFFE andaluza donde solo en la provincia de Sevilla figuran más de seiscientos enchufados a dedo, cobrando del Erario Público y «funcionarizados». Tremenda iniquidad de la administración socialista en Andalucía porque benefició únicamente a amigos, afiliados, señoras de altos cargos socialistas, familiares y un largo etcétera: ahí tienen, entre otros cientos de casos, el ridículo permanente de Carmen Ibanca, esposa del exalcalde sevillano, Juan Espadas. Tal agravio no ha sido capaz de cercenarlo la «derechita cobarde» de Juanma Moreno. La actual Administración no parece entender que quien a dedo entra, a dedo sale. Así, sin más protocolos.
Estamos hablando de credibilidad o, si lo prefieren, de falta de credibilidad socialista. Bruselas acaba de dejar en ridículo a Sánchez, pero no es entendible que Ursula von der Leyen haga la vista gorda y se ponga del lado del infractor. Ya empiezan a comparar a la presidenta de la Comisión Europea con su antecesora y siempre sale perdiendo; no parece importarle que Sánchez y demás secuaces no den transparencia a los fondos, como no parece importarle que se repartan los fondos de cualquier manera; es lo que tiene trabajar con dinero de ajeno. Lo que no ataron a tiempo, ahora se les ha ido de las manos. No exigió Bruselas la creación de una Agencia de control de los fondos en cada país y no tardando se encontrará con corrupción y más corrupción. España será la punta de lanza. ¿Apostamos?
A ver cómo explica más adelante, la presidenta de la Comisión Europea, esa carta que remitió a Sánchez agradeciéndole el envío a Bruselas de la relación de progresos y logros que, durante 2021, se hicieron en España con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Excepto el reparto desigual, sectario, falto de transparencia y benefactor del independentismo, no se hizo nada provechoso.
Hasta en eso miente el presidente. Y no se ruboriza. Hay 11.000M sin licitar y ni siquiera ha llegado el dinero a empresas y autónomos: bueno sí, a la trama de su padre con la empresa PLAYBOL, S.L. sí que llegaron 701.000 euros. ¿Y a todos los demás? ¿Nada más mama quien está cerca de la ubre llena o es destinatario del tráfico de influencias? «¡Manda huevos!», como diría Federico Trillo. Antes o después tendrá que dar explicaciones. Que nadie lo dude. Si ese tipo de trapicheo lo hacen Casado, Abascal o Arrimadas ya estarían con el emérito en Dubái, como cerca; incluso, desde la siniestra socialista y la ultra, no hubieran dudado en sacar la manoseada y falseada bandera de lo «público» o hubieran convocado a sus «esclavos» frente al Gólgota de la «derechita cobarde».
Si en los primeros 10.000M hubo falsedad informativa por parte del Gobierno y en el cumplimiento (cumplo + miento) de los 52 hitos del plan, veremos a qué se acoge el Gobierno de Sánchez para cumplir los siguientes 40, junto con los correspondientes objetivos, para poder licitar 12.000M más. Deben estar rezando los socialistas para que nadie toque la «deforma laboral» abanderada por Yolanda Díaz.
Si en Europa creen que los retorcidos y deshilvanados acuerdos entre sindicatos sectarios y patronal son propicios para reducir la temporalidad, no tardarán en estrellarse; máxime si se prima la negociación colectiva sobre la propia de la empresa. Vamos hacia atrás o, si lo prefieren, de culo y cuesta arriba. No se puede esperar ni un minuto más para cercenar la representatividad sindical tal y como está planteada actualmente. Y si hay que abrir la Carta Magna, pues se abre y punto.
La falta de transparencia de los fondos por parte del Gobierno empieza a recordarme aquel nefasto Plan E del idiotizado «zapaterismo» de 2008. La Administración socialista escondía miles de millones en facturas sin pagar, lo que disparó el citado déficit. Parece que no han aprendido. No duden de que se llevarán las manos a la cabeza quienes reemplacen al socialismo en el poder: tendrán que recurrir a los tribunales para clarificar situaciones. No duden que, llegado el momento, Bruselas reclame dinero malgastado, utilizado para el pago de voluntades o congele nuevas partidas.
Algo tiene el socialismo que, cuando hay dinero y poltrona por medio, resulta descorazonador. Sabido es que el cualquier atisbo de socialismo se acaba cuando se termina el dinero de los demás. ¿Acaso no pasó en Andalucía, donde hasta los lupanares formaban parte de la «otra Administración paralela?»
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