Se veía venir que llegaría un día en que las fuerzas de choque de la ultraderecha acabarían protagonizando una asonada como la que hace pocos días tuvo lugar en el Ayuntamiento de la población murciana de Lorca. No es extraño que entre los energúmenos que agredieron a las fuerzas del orden asaltando el ayuntamiento de Lorca hayan sido identificados en el video de los hechos dos miembros de las Nuevas Generaciones del Partido Popular.
Desde la aparición de un partido fascista escorado más a la extrema derecha que el partido heredero del que fundó Manuel Fraga Iribarne, entre otros próceres fieles servidores del franquismo, Casado y Ayuso, cabezas visibles del PP, cada día intentan demostrar que “ellos” son los verdaderos defensores de las esencias patrias, y en esta carrera, para ver quien es más defensor de la España de siempre, Aznar les alienta desde la banda. Y al final se les desmanda el ganado, buena metáfora ya que hablamos de supuestos ganaderos.
El Ayuntamiento de Lorca, con alcalde socialista, había convocado un pleno para votar la modificación del PGOU con el fin de alejar del casco urbano las granjas de cerdos de nueva instalación. La medida no afecta a las granjas que ya están en funcionamiento, tan sólo les afectaría en caso de ampliación. Esta fue la excusa de la derecha extrema: el PP y la extrema derecha representada por un partido fascista, antes estaban amparados bajo el paraguas del PP, para lanzar a sus mesnadas contra la democracia, porque, que quede bien claro, el asalto al Ayuntamiento de Lorca fue, claramente, un asalto a la democracia. Y con el Código Penal en la mano una sedición en toda regla, con empleo de fuerza y agresión a las fuerzas del orden.
Cuando escribo estas líneas casi una decena, de la treintena de asaltantes, han sido citados en la comisaria, de momento tan sólo sabemos que al único que se decidió a acudir de motu propio a las instalaciones policiales el juez le ha enviado a casa con cargos. Cojo el Código Penal, lo abro por el art. 544 y leo que serán reos de sedición “los que se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza, o fuera de las vías legales, la aplicación de las leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público el legitimo ejercicio de sus funciones”.
Sigo leyendo y llego al artículo 550 donde leo “son reos de atentado los que agredieran o, con intimidación grave o violencia, opusieran resistencia grave a la autoridad, a sus agentes o funcionarios públicos, o les acometieran, cuando se hallen en el ejercicio de las funciones de su cargo o con ocasión de ellos”.
Dejo el Código Penal en la estantería de mi librería, repaso lo que dicen ambos artículos y veo claro que estamos ante un acto de sedición y de atentado a la autoridad. Se dan todos los elementos necesarios: alzamiento público y tumultuario, solo hay que ver los videos, impidieron por la fuerza la celebración de una sesión plenaria del consistorio de Lorca, opusieron resistencia a la autoridad, claramente probado en los videos, acometieron a la policía municipal, prueba visual también en los videos del asalto al Ayuntamiento. Ahora es cuando fiscales y jueces, con su comportamiento y sus peticiones de pena y sentencias, tienen la ocasión de demostrarnos que la afirmación que hacen algunos entonando con aire triunfal y suficiente que la Justicia es igual para todos, es una realidad y que la sedición porcina de Lorca será castigada con toda la dureza de la ley.
Y una vez más los culpables, los instigadores de este emulo de asalto al Coliseo, se irán de rositas, libres de polvo y paja. Y seguirán desde los escaños del Parlamento escupiendo sus discursos de odio alentando a los suyos a saltarse las leyes, eso si lo harán con disimulo, por lo bajini y con la boca pequeña para salvar su culo y su escaño. Mal vamos cuando la política de algunos que se las dan de centristas, como el señor Casado y la señora Isabel Díaz Ayuso, con la ayuda de sus voceros de la Brigada Mediática (ABC, La Razón y El Mundo) se acerca peligrosamente al borde de la ley tratando que el partido fascista no les coma el terreno.
De lo de Lorca, la sedición porcina y los policías municipales agredidos y arrastrados por el suelo, no se hablará mucho, a nadie le interesa que actos que son una vergüenza ante la Europa demócrata se eternicen en los medios de comunicación. Los sediciosos y agresores de la autoridad no pisaran la cárcel, siempre habrá algún juez benévolo que estime que todo ha sido una travesura de gente que desconocía que estaba infringiendo a troche y moche el Código Penal.
No habrá penas por sedición ni por atentado a la autoridad, no pasaran años entre rejas, el Tribunal de Cuentas no les hará pagar los daños que han hecho a bienes públicos ni serán inhabilitados para que puedan seguir votando al PP y al partido fascista. Y si algún juez tuviera la ocurrencia de aplicar a estos sediciosos los artículos 544 y 550 del Código Penal no se preocupen que en el Supremo se lo afinaran, como decía Fernández Díaz, aquel Ministro del Interior ahora imputado. Y todo porque ninguno de los sediciosos se llama Jordi ni ha tenido la democrática idea de poner urnas para que el pueblo vote.
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