Tras el fiasco del PP en las elecciones en Castilla León, el liderazgo de Pablo Casado estaría en entredicho por lo que en el laboratorio de la Fundación FAES (cuya figura visible es el ex presidente Aznar) se estaría gestando una operación para defenestrarlo con el objetivo inequívoco de lograr que la nueva estrella del firmamento neoliberal español, la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso sea investida Presidenta del Gobierno en las próximas Elecciones Generales del 2023, operación que contaría con las bendiciones de las élites empresariales.
La presentación por PSOE y Cs de una moción de censura contra el Presidente de Murcia, el popular López Miras, habría obligado a Díaz Ayuso a revisar su actual estrategia e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente el “uso de comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta” y que tuvo su plasmación en la convocatoria de Elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid para el mes de Mayo. Asimismo, la inteligencia mediática se distingue por “una extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio así como de realizar acciones complejas que pueden no ser entendidas en un principio por sus votantes pues sus metas se proyectan hacia un futuro mediato” (Presidenta del PP) y cuyo primer paso ha sido el lograr una mayoría suficiente para gobernar en solitario y seguir apostando por la marca “Gobernanza a la madrileña”.
Para intentar comprender el fenómeno Ayuso, hay que recurrir a Edward L. Bernays quien en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según L. Bernays, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”. En consecuencia, la propaganda de Ayuso va dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta (utopía).
La utopía sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (ser investida Presidente del Gobierno), siendo preciso transitar por la senda marcada por il poverello d´Assisi: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Así, la utopía de Ayuso sería vencer a Pedro Sánchez en las próximas Elecciones Generales, destino final de un recorrido jalonado por lo necesario (lograr la mayoría necesaria en la comunidad madrileña)) y lo posible (ocupar la Presidencia del PP).
Su estrategia electoral diseñada por su asesor, el ínclito MAR, se basará en la defensa a ultranza de la sacrosanta unidad de España y la exportación del modelo neoliberal al conjunto del Estado o “patio trasero madrileño” y asimismo, enarbolará la bandera de las libertades individuales frente al “Estado Totalitario Socialista” en la creencia de que el electorado primará “la España libre y moderna” ayusiana frente al vértigo de “la España rota y comunista” de Sánchez.
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