Especialistas de la gestora de fondos Federated Hermes analizan la escalada en los precios de las materias primas como consecuencia de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia y su impacto en la inflación. “Una guerra prolongada aumenta el riesgo de desaceleración y recesión mundial”. En este contexto, la renta variable mundial está sometida a una fuerte volatilidad y “aunque todavía parece haber un gran sentimiento de aversión al riesgo, los mercados parecen más abiertos a asumir cierto riesgo y a reinvertir en valores growth”, explican.
Stéphane Michel, director de Renta Fija y Soluciones de Crédito Multiactivos del negocio internacional de Federated Hermes
A pesar de que los mercados han sufrido el peor comienzo que se recuerda, parece que están cotizando de forma ordenada, aunque volátil, con apoyo y compras tentativas en los niveles más baratos. Cualquier rumor o anuncio positivo es recibido con entusiasmo y el FOMO (Fear of Missing Out) y buy the dip han dado tan buenos resultados como estrategias de inversión a través de las crisis anteriores - esta semana el iTraxx Crossover cotizó en un rango de 438 a 364, una volatilidad sorprendente. Sin embargo, de vez en cuando se nos recuerdan las perspectivas de una escalada militar, la estanflación, la interrupción de la cadena de suministro, las sanciones, el bloqueo energético, etc., y continua la caída. Lo que está claro es que hay poco consenso o convicción sobre la dirección que seguirá a continuación.
Louise Dudley, CFA, responsable de Crédito de Federated Hermes
Con los precios récord de los combustibles en EE.UU., la inflación ha subido, aumentando la presión sobre los márgenes de las empresas en la economía real. Estamos experimentando una extraordinaria volatilidad en la renta variable mundial, agravada por el vacilante sentimiento del mercado, y el riesgo de recesión se intensifica por la espiral de los precios de las materias primas. Esperamos que continúen las oscilaciones a corto plazo, ya que persiste la incertidumbre geopolítica sobre el crudo ruso. La posibilidad de que se produzcan nuevas perturbaciones de la oferta en toda la economía es muy grande. Aunque todavía parece haber un gran sentimiento de aversión al riesgo, los mercados parecen más abiertos a asumir cierto riesgo y a reinvertir en valores growth. Dado que las materias primas alimentan una inflación más persistente y que las expectativas de subida de tipos han retrocedido, el impulso cíclico de hace un mes también se ha desvanecido. Seguimos manteniéndonos moderados desde el punto de vista del estilo y compradores de crecimiento defensivo, y en particular de empresas estadounidenses con un enfoque nacional, menos expuestas a los vientos en contra de la macroeconomía mundial.
Kunjal Gala, gestor de carteras de mercados emergentes en el negocio internacional de Federated Hermes
Nuestra atención sigue centrada en el conflicto entre Rusia y Ucrania, así como en las posibles reacciones a la agresión rusa. Los mercados seguirán de cerca si se anuncian nuevas sanciones y el avance de las fuerzas rusas en territorio ucraniano. Además de la evidente catástrofe humanitaria que supone la guerra y de la aversión al riesgo que provoca un acontecimiento de resultados muy imprevisibles, el ataque a Ucrania presiona los precios de las materias primas más asociadas a la región. Los precios de productos como el gas natural, el petróleo, el trigo, el maíz, los fertilizantes, el níquel y el aluminio se están disparando y prevemos que seguirán siendo volátiles, ya que tanto el propio conflicto como las sanciones impuestas a Rusia suscitan dudas sobre el suministro de estas materias primas en la economía mundial y, con especial importancia para la agricultura en Brasil, también sobre el suministro de fertilizantes, ya que Rusia es un importante exportador de estos artículos.
El aumento de los precios de la energía, de las materias primas y de los alimentos infligirá el máximo dolor a la economía mundial y a los hogares de renta media/baja, poniendo a prueba a los gobiernos de las naciones democráticas con próximas elecciones. Una guerra prolongada aumenta el riesgo de desaceleración y recesión mundial, al reducirse la renta disponible de los hogares. Mientras que las economías exportadoras de energía de EMEA y Latinoamérica se benefician de unas condiciones comerciales favorables hasta que se produzca la destrucción de la demanda, las economías importadoras de energía de los emergentes seguirán sufriendo. Para la mayoría de las economías será casi inasequible continuar con el statu quo de "no hacer nada" si los precios del petróleo se mantienen en un nivel elevado.
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