Ione Belarra, actual Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Cuando se habla sobre el tema de UCRANIA, hay que saber, primero, cuatro cositas: Primera, ¿Quién es Putin? Segunda, ¿Qué quiere Putin? Tercera, ¿Qué derechos tienen todos los ciudadanos del mundo? Cuarta (fácil para una psicóloga), ¿Quién podría dirigir su famosa diplomacia?
Señora Belarra, cuando se escuchan comentarios como los suyos, me encantaría fuera usted ciudadana de UCRANIA, con domicilio y trabajo “normal”, en cualquier ciudad actualmente en el foco de los bombardeos. Me encantaría verla en la cola de los miles y miles de “compatriotas”, con unos niños de la mano, que no entienden nada y tienen hambre. De verdad, me encantaría, contemplar cómo camina a 8 o 10 o 12 grados bajo cero… Entonces, sinceramente, me encantaría verla como abanderada y oirla gritar: “Amigos, no busquemos refugio, no… DIALOGUEMOS”.
Todos sabemos que en estos conflictos existen muchos intereses entrecruzados. Vaya usted y predique diálogo cuando mueren inocentes, cuando ves como destruyen los hogares, cuando nadie te dice por qué. Hasta Cristo, sin saber si usted es creyente, sacó del templo a los que le utilizaban para sus negocios, SÍ… lo hizo con “violencia”.
Todos queremos diálogo. También lo querían los millones de judíos exterminados… Y ¿cómo se paró aquella macabra imagen?: Cuando se luchó y se defenestró al inhumano y esquizofrénico gobernante y junto a él, a sus adláteres.
No me importa en qué Partido milita usted. Me importa y mucho que una ministra de España llame “belicistas” a los que no piensan como ella; eso significa que tenemos como políticos a “ideólogos amaestrados”, sin capacidad de decisión lógica y personal. Diplomacia, señora Belarra, siempre.
Cuando pisan sus derechos, cuando queman su vivienda, cuando destrozan su ciudad, cuando aniquilan la ilusión infantil, cuando obligan a huir a ancianos incapacitados…, cuando, para más inri, el dichoso señor PUTIN no quiere escuchar a nadie..., entonces, señora Belarra, la DIPLOMACIA se guarda en un cajón y se hace frente al enemigo.
¡Dios, perdone la hipocresía de quienes dicen defender el diálogo y pertenecen a grupos políticos que abanderan el comunismo! (sólo para ganar votos)
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