La decisión personal de Pedro Sánchez de cumplir con el compromiso adquirido por Mariano Rajoy en el 2014 para incrementar su aportación a la OTAN hasta el 2% implicará incluir en los Presupuestos del Estado del 2023 una partida adicional estimada en 10.000 millones €, siendo consciente Sánchez de la imposibilidad de contar con el apoyo de los votos de sus actuales socios de Gobierno (Unidas Podemos, ERC y Bildu).
Asimismo, el cisne negro de la guerra de Ucrania podría provocar en el 2023 la entrada en recesión de la economía española, no siendo descartables escenarios de estanflación (recesión económica e inflación desbocada), que forzará a las autoridades económicas a la adopción de drásticos recortes siguiendo los dictados de la Troika europea para evitar el rescate, medidas que se traducirían en una reducción de los subsidios sociales que afectarán a la duración y cuantía de las prestaciones de desempleo, pensiones de jubilación y viudedad así como a una severa reducción de los sueldos del funcionariado.
En consecuencia, Pedro Sánchez habría dado por amortizada la actual legislatura y estaría planeando la convocatoria de elecciones anticipadas para este próximo otoño con el objetivo confeso de fagocitar los restos del naufragio de Unidas Podemos y lograr una holgada victoria al aprovechar las sinergias simbolizadas en la llegada de los Fondos de la Unión Europea y el salir Pedro Sánchez reforzado en las encuestas de estimación de voto tras su papel de hombre de Estado en la crisis ucraniana.
¿Tras la estela de Antonio Costa?
Pedro Sánchez habría tomado buena nota de la decisión adoptada por su correligionario portugués, Mario Casas quien tras perder el apoyo de los grupos de izquierda para la aprobación de los Presupuestos, optó por convocar Elecciones en las que logró una mayoría absoluta que le permitirá gobernar en solitario. Así, Sánchez estaría revisando su anterior estrategia para incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente en el “uso de comportamientos cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta” y que podría tener su plasmación en la convocatoria de Elecciones anticipadas para el Otoño del 2022.
Edward L. Bernays en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según L. Bernays, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”. En consecuencia, la campaña del PSOE irá dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta (es necesaria una mayoría absoluta para gobernar sin ataduras).
Para ello, plagiará la estrategia de Ayuso conocida como “Gobernanza a la madrileña”, doctrina populista que intercala ayudas económicas, bajadas de impuestos y la eliminación de las restricciones a las libertades individuales.
Así, tras la adopción de medidas populistas como la liberación de la mascarilla en espacios al aire libre, la bajada del IVA de la luz y la ampliación de la salud bucodental a las prestaciones de la Seguridad Social, el Gobierno Sánchez procederá a la rebaja del IVA de los hidrocarburos del 21% actual hasta 10% así como la previsible revisión por Bruselas del sistema marginalista que fija los precios en el mercado mayorista de la electricidad y que consiste en pagar a todos los productores de energía el precio marginal de casar la oferta y la demanda.
Dichas medidas tendrán su continuidad en los próximos meses hasta implementar el “panem et circenses” ayusiano que se ha demostrado imbatible en las urnas, no siendo descartable la obtención de una victoria de Sánchez que haría factible la implementación de un Gobierno monocolor del PSOE apoyado por el PNV y que contaría con las bendiciones de las élites empresariales.
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