“El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”, Winston Churchill, primer ministro de Reino Unido entre 1940 a 1945.
Estos días que corren he estado leyendo una novela negra con crimen incluido, como tiene que ser, para escurrir el bulto de la situación de este país que todavía insistimos muchos en llamar España y de ese residuos de una izquierda capaz de reconocer en Europa las razones de Putin y su crueldad como oficio que ya demostró en los cuarenta años de comunismo de responsable de la KGB, en la denominada Alemania socialista en busca del hombre nuevo para una sociedad digna y libre de la explotación del hombre por el hombre.
Al final ha coincidido con el despido de la política activa del señor Casado, cazador furtivo (en política) del Partido Popular, del arte de hacerlo mal y que ninguno de ellos lo podía aguantar. Y ahora con las más hipócritas palabras lo mandan a pasear. Pero que nadie tema por su seguridad alimenticia. No se quedará sin asiento ni alimento, algún rinconcito le habrán buscado (palabrita del niño Jesús). Pero la puñeta sí que nos ha hecho en una España que no está para jugar y una derecha empecinada en peligro de convertirse, si no lo es ya, en un conservadurismo que como ave de rapiña espera en un pico de la montaña nevada el poder llegar a gobernar. Depende del gallego de Galicia Feijoo, que la tiene difícil con una Ayuso con abusos que no son moco de pavo, si no problemas y problemas de la señora.
La novela Sobrevivir tiene como inquietante protagonista a una joven mujer con buena presencia que siendo joven se casó con un viejo forrado de billetes, y después de con trajines y gozos que los años no perdonan. De manera que la joven que lo ha pasado muy bien viviendo bien con el anciano, al quedarse viuda, tan bella se niega a vivir con una paguita para ir tirando que la familia del difunto le ha dejado.
Pero su capacidad para afrontar unas realidaes crudas hasta conseguir lo que su mente desea afrontar, no tiene límites de frontera. Y este es lo que le conduce a presentarse a unas pruebas para un célebre programa, directo y exclusivo para asociados de Reality Show hasta llegar a los límites atrevidos de la posible protagonista del espectáculo. Ella, desafiante acepta la exigencia que ello conlleva y se entrega al juego con todas las consecuencias, Con ello el ejercicio de la novela ,muestra hasta donde se puede llegar en una sociedad de consumo.
Realidad política de la mano de una narración, un problema más de estar y no estar en este país donde la derecha, se convierta en un partido capaz de tocar de verdad el piano de la democracia, corre el peligro de caer definitivamente en lo opuesto a las libertades que tan magistralmente le Explica don Quijote a su escudero Sancho.
Mas esto de la libertad cervantina es una práctica con cartas guardadas en la manga, en los “demócratas de toda la vida” que abundan cada vez más por el delito de ser muy conscientes y vividores de que “Más puñalada da el hambre y dame pan y dime tonto o tanta". Y esto es lo que se palpa, se ve y es una realidad que el fantasma del neoconservadurismo inspirado, con algunos retoques, viene de Mein Kampf del horrorosamente inolvidable Adolfo Hitler. Y que los dioses nos cojan confesados, aunque con esta Iglesia española, a veces la camisa no nos cabe en el cuerpo.
Y decimos adiós al cazador Casado “adiós muchachos compañeros de mi vida, patria querida...” Hereda Feijoo hablando con pasión de Galicia y España. Sin señalar quién gobierna en Castilla León y si los emocionados abrazos a la señora Ayuso, continuaran hasta la toma de España.
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