Los pactos del «Sanchismo» con la ultraizquierda han dañado considerablemente a España. Las obras hablan por sí solas. Si no se cuenta con Sánchez en Europa es por el comunismo que tiene apoltronado en su Gobierno. A más comunismo más desconfianza y, a medio plazo, más corrupción y daño social. Como prueba podemos destacar el destrozo del mal llamado escudo social, con el que se ha dejado tirados a casi dos millones de familias.
Es noticia positiva el hecho de que se haya abierto una comisión de investigación sobre los fondos que el presidente ha dado a la empresa de sus padres (PLAYBOL, S.L.) que ascendían a 701.000€ y que ahora se constata que son 250.000€ más. Según él, se les ha dado ese dinero como se les ha dado a todos los autónomos de toda España, sin excepción. Lo que no ha dicho es si todos han recibido, como mínimo, esa misma cantidad. Mis amigos autónomos dicen que no han recibido nada y otros apenas 1.500€ pero del Ayuntamiento, no del Estado. Alguien miente.
Hay demasiadas cuestiones ocultas en Moncloa y, sobre todo, durante la pandemia: comisiones desmesuradas, gastos inflados, reparto de dinero bolivariano, empresas fantasmas, amiguismo chapucero. Han transcurrido dos años desde la adopción de medidas ilegales por parte del Gobierno de comunistas y socialistas y es ahora cuando se empieza a ver la luz de tanta chapuza. El miedo a que se destapen miserias humanas, embolsos encubiertos e ilegales y tráfico de influencias es lo que está haciendo que se condene a la derecha de Abascal (en Europa no es considerada como «ultranada», en tanto que el comunismo y Unidas Podemos sí son extrema izquierda). Esa condena se está capitalizando en el nuevo Gobierno de Castilla y León, plenamente democrático y fiel exponente del deseo de la ciudadanía. En la toma de posesión del Gobierno, en Valladolid, García-Gallardo hizo besar el polvo al único representante de «Hundidas Podemos» y al enterrador de la formación veleta, antes vicepresidente de Mañueco.
El pacto del socialismo de Sánchez con la extrema izquierda, los herederos de la banda asesina (EH Bildu sigue siendo ETA), los independentistas y los identitarios nacionalistas no es una buena noticia para ningún demócrata y mucho menos para el desarrollo de la convivencia. Ahora saltan los escándalos de los fondos europeos, su reparto sectario, la trama de María Jesús Montero, la filtración desde Hacienda de los papeles contra el hermano de Ayuso… Si la presidenta madrileña gana la batalla final en los tribunales, Pedro Sánchez estará a los pies de los caballos y habrá cola ante la Asamblea madrileña para pedir perdón. Demasiada prostitución política en Moncloa. Esa es su guerra y esa será su sepultura política.
Tampoco han faltado intoxicaciones de la prensa vendida al poder. Sí esos medios a los que se conoce como Medios Tóxicos de Masas. Les ha faltado tiempo para azuzar a Díaz Ayuso para que hiciera frente a Feijóo y optara a la presidencia nacional, pero el zasca ha sido brutal: «Yo me debo a Madrid».
Por cierto, la ME-MA de Más Madrid basa su denuncia a la Fiscalía en recortes de prensa y SMS. ¿Se puede ser más mediocre? Pues ella lo es, además de falsa, traicionera y desleal. No son insultos, son realidades. Y las realidades no insultan, sino que apuntan y demuestran.
Qué hablará la de Más Madrid... Mejor que hable de los 13.000€ que se estaba levantando ella al mes de la Asamblea de Madrid, mientras estaba de baja. Se calló y los retuvo. Ya se sabe: ¿Y si no se dan cuenta? Pues piensen lo que quieran, pero en mi tierra, a ese tipo de gente, se les llama ladrones.
Habrá que estar pendientes de dos cuestiones: la primera, es el juicio a Íñigo Errejón, también de Más Madrid, por la patada y ataque brutal a un ciudadano enfermo. Y, segundo, la información que pueda recabar la Fiscalía sobre el boicot, los robos de material, la rotura de cámaras de vigilancia y las fotos trucadas con platos de comida en mal estado en el Hospital Enfermera Isabel Zendal.
Podríamos añadir un tercero: la presunta implicación de Mónica García y si las órdenes de boicot y daños partieron de ella. Así es esta izquierda madrileña, rácana y parladora, pero nada eficaz a la hora de construir. Con ella de presidenta, Madrid hoy estaría en la misería y con miles de negocios cerrados.
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