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Dudé entre escribir una carta abierta a Vito Quiles y a Bertrand Ndongo o exponer evidentes verdades sobre la izquierda, zurda o siniestra, como ustedes prefieran denominarla. Opté por mi opinión, sin más, que no tiene por qué ser la única, ni la mejor, ni siquiera la más certera. Juzguen ustedes.
No podemos esperar nada de aquellos que perciben los fondos europeos como un botín, como un reparto milimétrico de unas ayudas que primero fueron boicoteadas y ante la evidencia de la ley de la gravedad, ahora, como mal menor, deben ser repartidas según colores y territorios.
Sánchez ha decretado un año para solazarse, explayarse, engatusar. Un año de gracia para gozar y que su chusma se divierta con las burlas a “su desconocido amigo” Franco. Ciento y más veces le va a recordar, más o menos una cada tres días, para no perder ritmo en la festiva celebración. 8 de enero inauguración del festival, hay que empezar pronto, no se puede perder tiempo, es corto un año para embaucar.
Hay un reclamo persistente dentro de la ciudadanía para que los partidos políticos o sus dirigentes se reúnan para consensuar posiciones para afrontar temas básicos. Llevo lo suficiente en política para saber que siempre ha habido en el país rivalidades políticas fuertes: izquierda y derecha, secesionismo y constitucionalismo..., basadas en proyectos de gobierno antagónicos.
Me apetece comenzar el año escribiendo sobre la actualidad del PSOE de mi tierra porque creo que este partido (tan importante para Andalucía) se ha convertido en un arquetipo, es decir, en una representación modélica o ejemplar, de lo que le ocurre a la izquierda contemporánea.
Me pregunto cuándo se va a dejar de politizar absolutamente todo por parte de los movimientos “progres” de este país, unos movimientos asociativos y políticos cuyos ideales cada vez se los cree menos gente; me pregunto cuando dejará la izquierda “progre” de crear tanto odio en esta España, una España que han convertido en “facha” o roja.
Afrontando las navidades, fiestas intemporales que van más allá, desde el punto de vista religioso y cultural, de su actual avatar cristiano, vuelvo, mucho tiempo después, a las cuevas del Castillo, en Cantabria; allí, inmortalizadas en las paredes cavernarias, me encuentro de nuevo con aquellas manos que otros humanos inmortalizaron hace decenas de miles de años.
Dice Carlos Rodríguez Braun, economista argentino, educado en la Universidad Católica de Argentina, que el abanico antiliberal va desde los fascistas hasta los comunistas. Ambos se sienten atraídos por el populismo, porque ambos padecen el culto a la personalidad. Ambos se dedican en cuerpo y alma a la propaganda y a intoxicar a la población con etiquetas a menudo brillantes, pero siempre simplistas.
Eso que dicen algunos políticos “descerebrados” de que estábamos acostumbrados a que “Papá Estado” nos resuelva la vida..., eso es una deducción propia de quienes verdaderamente están viviendo a costa del Estado, a costa del dinero de los contribuyentes.
Enciendo la televisión al mediodía cuando el trabajo me lo permite, y el mando me lleva muchos días a programas de actualidad y de tertulia política. Veo durante unos minutos algún programa de “esa estirpe”, y cuando oigo hablar a algunos sujetos/as empiezo a notar la “infamia zurda” de los susodichos.
En el balotaje presidencial uruguayo del domingo 24 de noviembre se impuso Yamandú Orsi del Frente Amplio con un 52% de los votos, frente al 48% de Álvaro Delgado de la gobernante conservadora Coalición Republicana. Orsi creció 6 puntos con respecto a sus resultados de la primera vuelta.
El abanderado del izquierdista Frente Amplio, Yamandú Orsi, un profesor de historia de 57 años, ganó la segunda vuelta de la elección presidencial del pasado domingo en Uruguay, y gobernará desde el 1 de marzo de 2025 con Carolina Cosse, ingeniera y exintendenta de esta capital, como su vicepresidenta.
Una parte de la izquierda internacional y patria no acaba de asumir la derrota de Kamala Harris y se mantiene en shock, negando esa dura realidad y lejos aun de la fase de aceptación. Algunos medios, periodistas 'progresistas' y actrices como The Guardian, La Vanguardia, Jamie Lee Courtis, Angels Barceló, Enric Juliana o Antón Losada y, entre otros, casi todos los "pañaleros" fans de Taylor Swift, han comunicado que se van de X, antes Twitter.
Para cualquier persona intelectual el concepto justicia es entendible, es una idea que todos llevamos en nuestro interior, como un principio, como un derecho básico, necesario para una convivencia equilibrada y respetuosa con los intereses individuales, sociales e ideológicos.
Se dice que el pueblo vota periódicamente, para pasar el rato, porque todo viene hecho, y de vez en cuando habla, aunque sea para perder el tiempo. Ahora resulta que, en contra de lo previsto por algunos, ha hablado con cierta efectividad, llamando a la prudencia, para tratar de volver a ser pueblo, y no un combinado de grupos diversos que lo fracturan continuamente, aunque procuren dosis de espectáculo para entretenerle.
«No debes meterte... No te metas»... ¿Cuántas veces se oye esta frase? Muchas, demasiadas... Reflexionemos sobre este tema con algunas preguntas : ¿Qué quiere decir no te metas? ¿Acaso que no me incumbe? ¿Acaso que no es mi asunto? ¿Acaso que cada palo aguante su vela? ¿Acaso que los problemas son de cada uno y de nadie más? ¿Acaso que no me busque problemas?
El falso capitalismo inmaterial que predican las izquierdas desde tiempos remotos va acorde con las nuevas demandas de la llamada economía de la cultura: son expresiones múltiples que desarrollan prácticas sociales equivocadas y ejercen no sé qué derechos a la palabra con construcciones discursivas, sin símbolos creíbles.
Con frecuencia me asalta la duda de si los seres humanos hemos perdido la facultad de observación que nos llevaría a establecer con claridad las diferencias entre los comportamientos de las personas a título individual o colectivo para saber a qué atenernos en cualquier momento o circunstancia.
En un juego de poder donde las promesas son solo espejos rotos, la hipocresía política se convierte en el pan de cada día. Tanto partidos de izquierda como de derecha se han convertido en maestros del discurso, pero a la hora de la verdad, sus acciones desdicen sus palabras.
”Que los árboles no dejan ver el bosque” es un conocido aforismo que explica la espesura de problemas y acontecimientos que hoy rodean a la sociedad actual y que impiden a veces ahondar en las causas u origen que los motivan. El mundo envejece y está triste.
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