La lectura de Vestida de negro y collar de perlas, me ha producido el dulce placer en su contenido narrativo, que me exige el compromiso por la altura de su sentimiento expresivo. Nobleza literaria obliga a ello, pues la rica expresión del epílogo de Sarah Weinan se puede considerar un interesante regalo para el lector por la confirmación expresiva, que hacen de esta obra revestida de un anhelo, detrás del cual se descubre la historia de amor de una expresiva agitación de feminidad palpitante y emotiva. La delicadeza del adulterio por parte de la protagonista de la historia. No para justificar el deseo sino para confirmar la actitud erótica como necesidad vital en la pareja por encima de las condiciones sociales frente a la realidad y el deseo de ser yo y mis circunstancias.
Una mujer y un hombre que el destino, imprevisto, los lleva a encontrarse en Toronto donde vive nuestraprotagonistacon su marido y dos hijos. Cuenta ella unos cuarenta años, tiempos de interrogaciones la convierten en heroína, sobre su vida cotidiana usurpando las normas establecidas frente a lo deseado. La sutileza de los encuentros camuflada en el extraño espionaje a través de unos textos que siempre se hallaran en las páginas de National Geographic. Todo es cuestión de paciencia, lento en ciertos casos cuando la realidad amorosa poseída de un toque romántico erótico magistral la impulsa a adentrarse en un mundo de relaciones y deseos avocados a afrontar el pasado de búsqueda interior en una aventura de misterio en el más amplio sentido de la palabra que la convierte en la intimista novela de formación a sus más de 40 años.
Toronto, ciudad en la que vivía con su marido y dos hijos´, explosión de la memoria. Cambio radical de su existencia agitada. La novela ha de ser leída con cierta atención, dada la variedad narrativafragmentaria y entrecortada, abierta a diferentes lecturas. Ahí radica una de las principales virtudes del texto: en esa multiplicidad de posibles lecturas tanto en forma como en fondo, favorecidas por la adopción por parte de la autora de una postura más "sugerente" que "explicativa". Además, la magnífica exploración del mundo interior de una mujer con el tiempo vivido. Una lectura en la que la feminidad manifiesta puede incluso recomendarse a los grupos gritones de algunos partidos. Que confunde la defensa del feminismo con la velocidad del tocino.
Estamos ante una narración que nos cuenta, de una forma, la ficción de la vida que por ella desfila, de una forma que requiere toda la paciencia del buen lector. Creo que cualquiera no puede comprender esta ficción verdad que transmite. Requiere atención y paciencia, pero está lleno de una bella tristeza que prende en el lector de una manera especial de estilo propio. Ella es tiene un alma oculta, dentro de su propio modelo de vivir y clase que bajo su apariencia de mujer corriente, oculta esa otra vida que ella va detrás de ese amante que si la puede llenar de la felicidad que le corresponde. Esa que despierta en el lector un cariño y admiración por conocer sus interioridades, ese erotismo tan magistralmente con pudor, el riesgo de llegar a un final de esa doble vida Una amante vestida con su vestido negro y un collar que nos recuerda el collar de la Paloma.
Autora: Weinzweig, Helen (1915-2010) nació en Polonia y emigró a Canadá a los nueve años junto a su madre. Autora de dos novelas y una colección de relatos, publicó su primer libro en 1973, "Ceremonia de paso", cuando tenía cincuenta y ocho años. Su otra novela, "Vestido negro y collar de perlas", ganó el Toronto Book Award en 1981, y su colección de relatos "Una vista desde el tejado" fue preseleccionada para el Gobernar General’s Award de ficción en lengua inglesa en 1989. Murió en 2010 a los 94 años.
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