La noticia se produjo ayer, por boca del presidente de la Junta de Andalucía, Don Juan Manuel Moreno Bonilla y hoy, 26 de abril, el BOJA en una edición extraordinaria publica el decreto del presidente, Juanma Moreno, por el que disuelve el Parlamento elegido el 2 de diciembre de 2018 y convoca elecciones autonómicas para el domingo 19 de junio.
Esta disolución y convocatoria, la hace el presidente bajo su “exclusiva responsabilidad” según determina el artículo 127.1 del Reglamento del Parlamento de Andalucía cuestión ésta que merece poco comentario. Lo curioso de esta convocatoria, que todos los andaluces intuíamos y esperábamos, son las opiniones que al respecto han formulado las demás fuerzas políticas.
Ciudadanos y Vox han estado en su línea de seriedad que les caracteriza, pero sin aplaudir abiertamente porque quieren jugar sus cartas sin dar mucha vaselina, aunque mostrando respeto y responsabilidad. Merecen atención especial las palabras del candidato del PSOE, Juan Espadas (que tanto tiene que explicar de su partido, de su esposa y de él mismo) diciendo que Moreno ha convocado las elecciones porque no tiene capacidad de gestión ni proyecto para Andalucía. Más que crítica, estas palabras mueven a la hilaridad y denotan la “ceguera política” de este socialista que tiene menos posibilidades que el Barcelona gane la actual liga.
Otro “invidente” es Toni Valero de IU que se atreve a decir que el gobierno ha fracasado porque ha agravado la desigualdad histórica de Andalucía. Y, para cerrar el ciclo de la extrema izquierda, Teresa Rodríguez, de “Adelante Andalucía” dice que ha habido abuso de poder, frivolidad y ventajismo por parte de Moreno y del PP. Ninguno de ellos, claro está, aporta ninguna prueba, pero demuestran que no se han enterado de nada en estos tres años y medio. Porque, de la Andalucía que Moreno recibió, a la de hoy, hay tal abismo que no hay que ser un lince para apreciarlo. ¿Se acuerdan de Chaves, del enchufe de su hija, de Griñan, de Díaz, de los Eres fraudulentos, de la Faffe, de las mariscadas, de los prostíbulos, de las vacas asadas con billetes …? “Billetes míos y de mis paisanos” ¡Vamos, anda!
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