La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) celebró este martes el acuerdo alcanzado hoy entre la Comisión Europea y España y Portugal para limitar el impacto del precio del gas sobre la factura del mercado eléctrico en la península ibérica, pero exigió que se siga trabajando para que el derecho a la energía este garantizado más allá de parches.
"Este acuerdo podría resultar en un pequeño salvavidas pero ahí no queda todo. Con esto no se solucionan todos los problemas de la factura eléctrica. Debemos seguir exigiendo mayor transparencia y unos precios justos para los consumidores, además de una oferta basada en energías renovables y respetuosas con el medioambiente", destacó el presidente de CECU, Fernando Móner.
CECU consideró que, aunque hay que esperar a ver los detalles tras la futura aprobación de estas medidas del Consejo de Ministros, la limitación de los precios es algo positivo. Sin embargo, recordó que el precio tope que se establecerá sigue muy por encima de los récord alcanzados hasta el año pasado, cuando comenzó la escalada de precios.
"No hay que olvidar que la grave inflación que estamos padeciendo comenzó con el incremento de la factura energética el pasado verano. Obviamente esta medida puede devolvernos a una senda de mayor tranquilidad en materia de precios y, en particular, respecto a la factura energética", señaló Móner.
CECU recordó la imperiosa necesidad de que el Gobierno tome medidas para evitar que aumente el número de consumidores, especialmente entre los más vulnerables, que sufren de pobreza energética en nuestro país.
Entre estas medidas se incluye ir más allá del bono social y abordar desde la perspectiva del respeto a los Derechos Humanos el debate de la tarifa social, propuesta por diversas organizaciones. Esta tarifa debería garantizar la protección de las personas más vulnerables, creando un marco tarifario específico que permita que las familias reciban este trámite de forma automática, sin tener que realizar ninguna gestión compleja.
Además, pidió una apuesta decidida por las energías renovables y la eficiencia energética para acabar con la dependencia del gas fósil, un punto especialmente sensible en la crisis actual por la invasión rusa en Ucrania.
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