Cuando hayan transcurrido unas cuantas décadas, puede que no muchas pues ya se van conociendo datos, circunstancias y hechos que así lo confirman, puede que a lo largo del tiempo los estudiosos, los analistas, nos confirmen que la aparición del Estado Islámico con sus nefastas e irracionales formas de actuar fue después de todo lo acontecido en Irak, desde su invasión en 2003 hasta los tiempos actuales.
Es evidente que aquello fue un tremendo y trágico error, mal intencionado y peor llevado a efecto por sus inconsistentes argumentos a la hora de intentar justificar esa invasión motivada por cuestiones de tipo comercial y por tanto económico, hasta tal punto lo fue que en 2008 el expresidente Bush pedía disculpas por aquella chapucera acción de guerra ilegal, no hizo lo mismo su bufón, el que le acompañó en aquella comedia que tuvo como escenario las islas Azores, me refiero a ese egocéntrico narcisista llamado José María Aznar, que fue de “relleno” a ese encuentro y que, nunca mejor dicho, solo estuvo allí como un “bulto sospechoso”, este sujeto hizo todo lo contrario que su mentor Bush que en el mismo año, 2008, era un 18 de marzo, dijo que él volvería a la guerra de Irak a pesar de haber reconocido anteriormente, fue en febrero de 2007, aquello de “ahora sé que no había armas de destrucción masiva en Irak y antes no” y se quedó tan pancho. Pelillos a la mar y a los muertos, durante y después de esa guerra injustificada, que les den el descanso eterno.
Pero mira por donde, siete años después, sale otro de los corifeos que acompañaron a Aznar en aquella luctuosa reunión en las Azores, me refiero al exprimer ministro británico Tony Blair, que por lo visto ha tenido en cuenta, no creo que por remordimientos de conciencia, aquel precepto divino que dice que los arrepentidos alcanzaran la gloria de Dios, y se ha disculpado, al igual que ya lo hizo Bush en 2008, “por fiarse de datos erróneos en la invasión de Irak”, nunca es tarde si el deseo y la intención son sinceros, añadiendo “es imposible que quienes expulsamos a Sadam en 2003 no tengamos parte de culpa por la situación actual”. Mea culpa que refuerza con un “quiero pedir perdón por los erróneos datos de inteligencia que recibimos”, dejando bien claro a preguntas de que si uno de los factores principales de la aparición del Estado Islámico fue la invasión de Irak que “hay elementos de verdad en esa cuestión” manifestando al propio tiempo que está preparado para “enfrentarse al juicio de la historia”. A tal efecto reconoce que el actual conflicto en Siria y las consecuencias del mismo derivan de la invasión de Irak y del nacimiento del Estado Islámico y que occidente no “ha movido un solo dedo”. No sé si el juicio de la historia al que alude Blair será un juicio promovido desde lo humano con lo cual Bush, Blair, Aznar y el anfitrión, el entonces primer ministro portugués, Durao Barroso, premiado posteriormente con la presidencia de la Unión Europea, por su intervención en tan “glorioso” episodio, sufrirán el castigo terrenal o el divino. Desde luego acciones criminales durante y después de lo de Irak que fue el detonante, las ha habido y todas ellas desde la máxima crueldad y dentro de la indefensión de centenares de miles de víctimas inocentes.
Dicho lo anterior solo me resta reproducir, no por nada, sino por aquello de que “en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira…” que el cortesano de Bush, el tal Aznar, dijo un buen día, allá por abril de 2011, refiriéndose a Gadafi que es “un amigo”, incluso cenaron juntos en Sevilla, en 2007, cuando Aznar ya había dejado la Moncloa, cuando todos sabemos que entre Sadam Hussein y Gadafi el comportamiento moral y humano era prácticamente el mismo, es decir, la falta de respeto a los derechos y libertades de los seres humanos. Lo diría porque, como todos recordamos, Gadafi regaló a Aznar un hermoso caballo blanco de raza árabe por no hablar de aquel supuesto cobro de comisiones par parte de Aznar motivado por diversas transacciones comerciales con Libia. Hasta tal punto había una buena entente cordial que Aznar fue uno de los pocos líderes europeos, presidente de FAES y presidente de honor del PP, que, en marzo de 2011, se opuso a la intervención militar en Libia contra Gadafi. Creo que no hace falta recordar que Gadafi, por cierto muy amigo en un tiempo de los EEUU, posteriormente no, tal y como sucedió con Hussein, tuvo el mismo final que el que fuera líder iraquí. Sí, todo ha sucedido y está ocurriendo, después de lo de Irak.
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