De regreso, regresó
mi mente e ingreso a los recovecos de la misma, dónde estuve cavilando; mente prodigiosamente me encanta tu sutil manera de ser y actuar, sobre tus paredes, que ipso facto te metamorfoseas como en una hoja seca, que suspendida viajó por el ambiente, en medio de un gran bosquetupido y muy enamorado de ti, tus encantos y tu aroma.
Vente conmigo preciosa flor y fuguémonos de este mundo, a ese lugar que será un paraíso dónde solamente en nuestro secreto para formar un híbrido sin obstáculos, ni limites para, acariciarte, amarte flor regocijante que abres tus pétalos empampa.
Y. He descubierto también que en tus noches estoy presente ya que soy en lo último que piensas y suspiras, antes de trasladarte al país de los sueños, para volvernos a ver, a encontrar para seguir en el trajín del renacimiento del amor, como cuando amaneces cada día refulgente regalando tu amor al mundo protervo.
Tu esencia, que, al final cuando dejemos la materia, allá en el firmamento se derretirá nuestro ser, para formar una sola estrella refulgente, radiante y llena de amor...
En si, siempre seré tu candil de esperanza, y tú igual, siempre te querré, en ti, flor bendita deposité mi entera confianza, para junto a ti ser feliz. Existen otros que ni siquiera llegan a la mitad del camino, porque es inexistente que se unan en la distancia.
“Amor de lejos, es de pendejo”, pues, sólo el recuerdo queda como amor platónico, en otros frustrante, esa es la esencia de esta verdad al final de esos caminos tortuosos.
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