Estamos en la celebración de los XL años de la puesta en marcha del Estatuto de la Comunidad Valenciana (para mí, Reino de Valencia) en el cual el pueblo valenciano volvía a tener una determinada legislación, ya que se fueron usurpados sus privilegios reales o fueros por el monarca de la dinastía de los Borbones Felipe V. Comenzaba la nueva etapa, en la que la legislación estaba adaptada a los nuevos tiempos bajo la protección de la Constitución Española de 1978.
No fue tarea fácil construir un cuerpo legislativo que representara, al conjunto de los valencianos, como tampoco resultó sencillo la colocación de la Senyera Real como bandera de todos los valencianos, habiendo determinados intentos de crear banderas artificiales que no pertenecían a la tradición heráldica valenciana ni mucho menos a su larga y profunda Historia. En el tema de la lengua, intentaron imponer por la fuerza, un habla totalmente artificial y ajena al sentimiento del pueblo valenciano. Todavía hoy continúa imponiéndose de forma machacona, impertinente y poco clara, una expresión lingüística que no es la propia de los valencianos.
Llegados al punto de las imposiciones, en este momento se quiere vincular al Reino de Valencia, a una mentira territorial denominada Países Catalanes. Y qué casualidad, que se realiza dentro de los actos conmemorativos del Estatuto se supone que de todos los valencianos. El acoso, resulta continuado, pertinaz, impositivo, además de estar bendecido por los poderes que gobiernan actualmente la Comunidad Valenciana. ¿Qué ganamos perteneciendo a un territorio totalmente distinto y ajeno a nuestro sentir como pueblo?
Nos quieren hacer desaparecer para juntarnos con otras regiones que supuestamente tienen una cultura lingüística parecida, sometiéndonos a su voluntad y siendo gobernados por el adoctrinamiento catalanista que le gusta sojuzgar a todos los pueblos a los que se arrima. Han creado la mayor mentira territorial de todos los tiempos. No hay documentos que justifiquen nuestra pertenencia territorial a los supuestos países inventados. Estamos ante la locura de unos dementes que solo desean anexionarse territorios ricos y prósperos, haciendo creer al resto del mundo que pertenecemos todos a una misma cultura. ¿Cúantas mentiras hemos de seguir soportando los valencianos? No se sostiene la entelequia que proponen los grupos catalanistas. Europa no se construye de la forma que quieren. Y es algo que hemos de detener, parar, denunciar y sobre todo no permitir.
Cuando se va contra las raíces de los pueblos, se puede dejar de tener protagonismo en las instituciones, ya que será la sociedad en su conjunto la que termine con falsedades, mentiras e inventos que no tienen nada que ver con la realidad de la población en conjunto.
Los valencianos no somos catalanes ni pertenecemos a los países inventados por mucho que se sigan empeñando determinados políticos de izquierdas que han crecido y mamado de las mieles del catalanismo más furibundo. ¿Cómo vamos a rendir homenaje a un autor que se declaraba catalán como fue Juan Fuster? Este personaje hizo el caldo gordo a los teóricos del catalanismo, recibiendo prebendas y distinciones que dicen muy poco de su persona como valenciano, con teorías que distan mucho de ser consideradas como propias de los valencianos, al menos de una gran mayoría. Dar pábilo a sus ideas no solo molestan al conjunto de la sociedad, sino que pueden ser declaradas ilegales, ya que van en contra del Estatuto y de la propia Constitución.
Cuando gobierna lo catalanista con tintes de izquierda, el pueblo valenciano se encuentra totalmente desprotegido frente a los intentos de anexión a otras tierras. Eso sí, cuando ha gobernado el centro derecha, también se ha sucumbido a los planteamientos de la burguesía catalana que mediante pactos y prebendas de corte “económico”, negociaban y seguían metiendo sus teorías dentro del pueblo valenciano, haciéndole daño igualmente.
No dejemos que nuestro futuro caiga en manos del catalanismo porque los que saldremos perdiendo seremos el noble y fiel pueblo valenciano. Desde la presente columna digo NO A LOS PAISES CATALANES.
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