Hay socialistas y comunistas a los que ya ha empezado a pintar bastos. Da igual que sea ministra y vicepresidenta 1ª (la empresa de su marido bajo sospecha); sea presidente del Gobierno (PLAYBOL, SL); ministro de Interior (caso de los Cobos); exministra Laya (entrada fraudulenta de Brahim Galli, del Frente Polisario); José Luis Ábalos (maletas de Delcy Rodríguez, invasión del territorio Schengen, adjudicación de 45M a Plus Ultra…). Hay muchos más casos y poco a poco irán siendo puestos ante la Justicia, y más a medida que esos mediocres políticos pierdan poder, capacidad para corromperse, saltarse la norma, delinquir o incumplir la ley.
Cada día desayunamos con un caso de corruptelas o, si lo prefieren, de presuntas, por aquello de no llamar ladrón a quien nunca robó hasta que el juez lo diga o desdiga con pruebas. Es imprescindible que la Benemérita localice todos los expedientes que precisa la Fiscalía Anticorrupción. ¿En qué medida está implicado el ICO en esta trama que atrapa al «medio melón» de la señora Calviño y a su empresa?
De lo que se conoce, nada tiene que ver con el fomento, creación de empleo, promoción de actividades económicas y distribución de riqueza que es, justamente, el objetivo del Instituto de Crédito Oficial. Todo lo que no sea eso, es mera prostitución de la realidad en la que ha incurrido el reseñado Instituto.
Una breve reflexión: la adjudicación de más de 700.000 euros a la empresa de los padres de Pedro Sánchez «El mentiroso» y la correspondiente a la empresa del «melocotón» de Nadia Calviño, por importe de 963.000 euros, se justifican erróneamente como destinadas «a paliar los efectos del coronavirus». ¿Acaso solo sufrieron esos efectos la empresa de los padres de Pedro Sánchez «El mentiroso» y la del aludido «melocotón» de Nadia Calviño?
Esas injustas ayudas se dieron «gratis et amore» en plena pandemia, cuando más sufría la ciudadanía y aprovechando el ilegal encierro con el que el Gobierno nos represalió, a sabiendas de que el Tribunal Constitucional lo declararía ilegal, como ya dijeron los abogados del Estado en su momento y los áulicos consejeros del mentiroso presidente.
No eran momentos para pensar en otra cuestión que no fuera salir del infierno pandémico en el que nos encontrábamos y, claro, la ministra Calviño aprovechó a desviar esos fondos para la empresa de su marido. Menos mal, al menos no los desvió a los cinco lupanares frecuentados por los altos cargos socialistas de Andalucía; ubicaciones que se repartían entre Sevilla, Córdoba y Cádiz. Y si me equivoco de satrapías, que nos lo cuente Carmen Ibanca o Juan Espadas (ambos de la «banda del WordPerfect», Macarena Olona dixit), que ya vivían la intensa política de corrupción de la Junta de Andalucía.
Miles de empresas sufrieron efectos por la pandemia, y no solo las que recibieron ayudas desmesuradas. Pero… ¿y las personas que forman y formaban parte del escudo social, que son más de 1.000.000 de personas carentes de todo tipo de ayudas? ¿Y los autónomos que han tenido que cerrar cientos de negocios? ¿Y los trabajadores que han perdido su «laboreo» diario? ¿Y la hostelería que no funcionaba para unos, pero sí para otros? Recuérdense las tropelías del presidente cántabro, Revilla. ¿Y…? ¿Y…?
Así actúan el despótico, nepotista y oscurantistas nacionalsocialismo de Sánchez, al igual que lo hace la extrema izquierda que no se sabe por quién está liderada y mangoneada, además de Soros y la panda de la Agenda 2030. Juzguen ustedes, amigos. Pero tranquilos porque tenemos mucha más información de cuantos temas aquí presentamos a reflexión, que no para mofa.
Anticorrupción va a dar mucho juego en España; sabemos que se lo va a tomar muy en serio y no como la fiscalía de Lola Delgado, pero nos vamos a reír a mandíbula batiente con la fiscala anticorrupción que nombró Sánchez «El mentiroso» para Europa. ¡Cojonudas las está mangando por beber agua de los floreros ajenos y pisar charcos sin agua de lluvia! Ha puesto en la diana a Díaz Ayuso, y doy fe de que ha entregado su cabeza ya inservible. Al tiempo.
La próxima y gran preocupación para Sánchez y su ejército de zombis palatinosva a ser la inmediata subida de tipos por parte del Banco Central Europeo y el fin de la compra de bonos en julio. A todo esto, hay que añadir el problema del gas, la enemistad con Argelia, las escuchas de Marruecos, el «loco Pegasus», la ingente llegada prevista del ejército de pateras con la que amenaza Argelia para invadir las Baleares a partir del lunes próximo, los engaños a Bruselas que ahora salen a flote, la inflación galopante, el imparable precio del crudo, la devolución de los fondos «Next Generation» por no saber gestionarlos y querer hacer una Administración cavernaria y un largo etcétera.
En fin, es un hecho que la unión de izquierda y extrema izquierda forman una bomba puntual de destrucción social, política y económica, a lo que ayudan interesadamente los nacionalismos «profascistas» catalán y vasco, así como los entornos golpistas y proetarras. ¿Recuerdan el libro de Isabel San Sebastián sobre lo de mover el árbol y recoger las nueces? Pues, en esa línea.
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